El 23 de marzo de 2025, III Domingo de Cuaresma, desde el hospital Gemelli, el Papa Francisco, aun en convalecencia y con ciertas dificultades para hablar, realizó su primera presentación pública, tras su hospitalización el 14 de febrero del presente año. Ha querido hacerlo en el rezo del Ángelus, y su saludo se transmitió en la Plaza de San Pedro donde una multitud de fieles se reunió ahí para saber sobre él (Fuentes: OPSS, Vatican News, Vatican Media y Dicasterio para la Comunicación)
El Papa Jorge Mario Bergolgio, S.S. Francisco es muy querido y apreciado en todo el mundo, su relevancia se puede comparar con su cercanía y calidez humana, la que ha venido creciendo a lo largo de su pontificado.
Al final del Ángelus, el Santo Padre Francisco se asomó al balcón del quinto piso del Policlínico Universitario ‘Agustino Gemelli’ de Roma para saludar y bendecir a los fieles reunidos en la plaza frente al hospital, como a los fieles que le veían en la trasmisión en la Plaza de San Pedro.
En su sermón dominical ha insistido en que “se ponga fin a las guerras y que haya paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo”
Antes de regresar a Casa Santa Marta, después de salir del hospital, el Papa Francisco se dirigió a Santa María la Mayor y entregó a Su Eminencia el Cardenal Makrickas flores para poner delante del icono de la Virgen Salus Populi Romani. Al final de su breve pero significativa visita de acción gracias, al fin ha retornado al Vaticano.
A continuación el texto preparado por el Santo Padre Francisco para el Ángelus del tercer domingo de Cuaresma:
“Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!
La parábola que encontramos en el Evangelio de hoy nos habla de la paciencia de Dios, que nos anima a hacer de nuestra vida un tiempo de conversión. Jesús usa la imagen de una higuera estéril, que no ha dado los frutos esperados; sin embargo, el campesino no quiere cortarla: quiere abonarla una vez más ‘para ver si da fruto’ (Lc 13,9). Este campesino paciente es el Señor, que trabaja con esmero el terreno de nuestra vida y espera confiado que regresemos a Él.
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Durante esta larga estancia en el hospital, he podido experimentar la paciencia del Señor, que veo reflejada también en los cuidados incansables de los médicos y los operadores sanitarios, así como en las atenciones y las esperanzas de los familiares de los enfermos. Esta paciencia confiada, anclada en el amor de Dios que no disminuye, es muy necesaria en nuestra vida, especialmente para afrontar las situaciones más difíciles y dolorosas.
Me ha dolido la reanudación de los intensos bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, que han causado tantos muertos y heridos. Pido que las armas callen inmediatamente; y que se tenga el valor de retomar el diálogo, a fin de que todos los rehenes sean liberados y se llegue a un alto el fuego definitivo. La situación humanitaria en la Franja es gravísima de nuevo, y requiere el compromiso urgente de las partes beligerantes y de la comunidad internacional.
En cambio, me alegra que Armenia y Azerbaiyán hayan pactado el texto definitivo del Acuerdo de paz. Espero que sea firmado lo antes posible y que pueda contribuir a establecer una paz duradera en el Cáucaso meridional.
Sé que ustedes siguen rezando por mí con mucha paciencia y perseverancia: ¡se lo agradezco mucho! Yo también rezo por ustedes. Y, juntos, imploremos que se ponga fin a las guerras y que haya paz, especialmente en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo.
Que la Virgen María nos custodie y siga acompañándonos en el camino hacia la Pascua.”