La Virgen María Madre de Jesús, quien dijo un «SÍ» con el abrió las puertas de la salvación a la humanidad, estuvo presente en todo momento en la vida de San Juan Bosco. La práctica y devota vida de Margarita Occhiena, madre de Juan, su fe sencilla y concreta fueron el punto de partida de la relación de aquel jovencito con la Madre de Dios. 

El amor y confianza que le inculcó su progenitora a través de las oraciones y en la vida diaria fueron los cimientos y fundamentos de la futura obra que Dios encomendaría a Juanito, por eso recordemos el sueño de la nueve años donde Juan tiene quizás el más radical encuentro con el transformaría su vida y abre el capítulo de su aventura de evangelización de la juventud como el mismo Don Bosco lo narra en las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales:

 

 Sueño de los 9 años

"A su tiempo todo lo comprenderás"

  A la edad de 9 años tuve un sueño que quedó profundamente grabado en mi mente para toda la vida. En el sueño, me pareció encontrarme cerca de casa, en un terreno muy espacioso, donde estaba reunida una muchedumbre de chiquillos que se divertían. Algunos reían, otros jugaban, no pocos blasfemaban. Al oír las blasfemias-insultos a Dios-, me lancé inmediatamente en medio de ellos, usando los puños y las palabras para hacerlos callar.'

 'En aquel momento apareció un hombre de noble semblante, de aspecto varonil y noblemente vestido. Un manto blanco le cubría todo el cuerpo, pero su rostro era tan luminoso que no podía fijar la mirada en él. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme a la cabeza de los muchachos, añadiendo estas palabras:'

 '- No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte ahora mismo, pues, a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud.'

 Aturdido y espantado, repliqué que yo era un niño pobre e ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos muchachos; quienes, cesando en ese momento sus riñas, alborotos y blasfemias, se recogieron en torno al que hablaba.'

 'Sin saber casi lo que me decía, añadí:'

 '- ¿Quién eres tu, que me mandas algo imposible?'

 '-Precisamente porque tales cosas te parecen imposibles, debes hacerlas posibles con la obediencia y la adquisición de la ciencia.'

 '- ¿En dónde y con qué medios podré adquirir la ciencia?'

 '-Yo te daré la maestra bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio, y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad.'

 '- Pero, ¿quién eres tu que me hablas de esta manera?'

 '- Yo soy el hijo de aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día.'

 '- Mi madre me dice que, sin su permiso, no me junte con los que no conozco. Por tanto, dime tu nombre.'

 '- El nombre, pregúntaselo a mi Madre.'

 'En ese momento, junto a Él, vi a una mujer de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía por todas partes, como si cada punto del mismo fuera una estrella muy refulgente. Contemplándome cada vez más desconcertado en mis preguntas y respuestas, hizo señas para que me acercara a Ella y, tomándome bondadosamente de la mano, me dijo:'

 '- Mira.'

 Al mirar, me di cuenta de que aquellos chicos habían escapado y, en su lugar, observé una multitud de cabritos, perros, gatos, osos y otros muchos animales.

 '- He aquí tu campo, he aquí donde tienes que trabajar. Hazte humilde, fuerte, robusto; y cuanto veas que ocurre ahora con estos animales, lo deberás hacer tú con mis hijos.’

 Volví entonces la mirada y, en vez de animales feroces, aparecieron otros tantos mansos corderos que, saltando y balando, corrían todos alrededor como si festejaran al hombre aquel y a la señora.

En tal instante, siempre en sueños, que me eché a llorar y rogué al hombre me hablase de forma que pudiera comprender, pues no sabía qué quería explicarme.' Entonces Ella me puso la mano sobre la cabeza, diciéndome:

 '-A su tiempo lo comprenderás todo.' Dicho esto, un ruido me despertó; y todo desapareció.

Sac. Juan Bosco

Los biógrafos de Don Bosco como el padre Lenti o el padre Teresio Bosco nos narran como Juanito va progresando en la devoción María, y aclaran que la vida salesiana no es realmente tal sin este rasgo devocional mariano, así Juan va descubriendo a la Virgen y sus virtudes: Inmaculada, dolorosa, consoladora, intercesora, hasta descubrirla como protectora poderosa y Auxiliadora del Pueblo Cristiano en toda su gloria y magnitud, y así desea que se prodigue su amor a todos los destinatarios de la obra salesiana.

En 1862, Don Bosco destaca su perspectiva y opción fundamental : «La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan difíciles que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana», dijo. «Todo lo ha hecho Ella» o «No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado» eran frases que San Juan Bosco solía repetir atribuyendo a María el crecimiento y desarrollo de la obra salesiana y su maternal acompañamiento y guía en la salvación de las almas como Jesús lo había dispuesto desde los principios de la misión de Don Bosco entre los jóvenes .

En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Sólo contaba con unas monedas de cuarenta céntimos y ésa fue la primera paga que le dio al constructor. Pero fueron tantos y tan grandes los milagros que María Auxiliadora empezó a conceder a sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El Santo solía decir: «Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen».

Cada 24 de mayo la Iglesia celebra la advocación de la Virgen con el título de Auxilio de los Cristianos, es considerado solemnidad para la Familia Salesiana. Seguimos al amparo de la Virgen quien ha tomado nuestra mano para hacernos suyos para toda la vida, llevándonos   de la casa de Don Bosco, pero recordemos que el camino implica aceptar tanto las alegrías como las dificultades, los sacrificios y las gracias.