El pasado 15 de marzo en la Catedral Católica del Sagrado Corazón de Jesús en Lahore, Paskistán se congregó una gran multitud de fieles cristianos, laicos, religiosos, religiosas, de la Congregación salesiana y otras presentes en dicho país; aspirantes, novicias, novicios, seminaristas, sacerdotes del clero diocesano exalumnos salesianos y alumnos del Instituto Salesiano de la localidad, Cooperadores Salesianos de Pakistán y medios de comunicación, estaban reunidos todos para celebrar en inicio del proceso oficial diocesano de la investigación sobre la fama de santidad y signos para la beatificación y canonización del Siervo de Dios Akash Bashir -único ciudadano paquistaní con este grado de reconocimiento por parte de Iglesia, hasta el momento- , exalumno de Don Bosco, de la Escuela Técnica Salesiana de Lahore, quien en una fecha similar pero de 2015, entregó su vida para salvar a más de un millar de personas - tras evitar que un extremista y terrorista suicida, armado con una bomba en su cuerpo, irrumpiera en la Iglesia parroquial de San Juan del suburbio cristiano de Youhanabad en Lahore.

Akash nació un 22 de junio del año 1994, en el poblado de Risalpur, Municipio de Nowshera, en la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa; es hijo de Emmanuel Bashir y Naz Bano -devotos padres cristianos-. Al joven mártir salesiano le sobreviven su hermana la profesora Komaish Bashir, quien recientemente contrajo nupcias a los 31 años; Waqas de 29, Arsalan de 27 y Ramish de 21, Akash estaría por cumplir los 28 años. Sus hermanos Arsalan y Ramish hoy participan del mismo voluntariado en que el entrego su vida.

Akash era voluntario en la Iglesia donde servía como guardia de seguridad, en marzo transcurría el tiempo de Cuaresma, y algunos agentes de seguridad pública, no habían asistido a su trabajo por dedicarse a ver un campeonato de críquet. Akash, aquel día, decidió vigilar el portón de la Iglesia, haciendo la revisión exhaustiva de quienes desearán acceder a la santa Misa, escenario en la entrada era tumultuoso, ya que se habían congregado muchísimos fieles en aquel tiempo penitencial.

El Bashir, atento revisaba que nadie introdujera artefactos que pudieran dañar a los feligreses, cuando percibió a un individuo sospechoso muy nerviosos, y se percató de que llevaba algo inusual: eran explosivos bajo sus ropas, por lo que detuvo al sujeto, además pudo poner en alerta a sus otros compañeros, quienes claramente le escucharon exclamar: "Moriré, pero no te dejaré entrar en la iglesia".

Akash lo contuvo, forcejaron pero aquel hombre hizo explotar su carga mortal. El joven voluntario no dudo en ser el escudo humano de Dios… fue tan fuerte la explosión que ambas laminas de acero del portón azul de acceso, caerían totalmente dobladas varios metros al interior del atrio de la parroquia, muchas de las ventanas quedaron sin cristales el párroco del lugar, que fue testigo presencial de los hechos, el padre Francis Gulzar, vicario general de la Arquidiócesis de Lahore, reconocería más adelante que Akash: “ofreció su vida como sacrificio para salvar las vidas de la comunidad cristiana en la Iglesia Católica de San Juan”.

Al correr de la voz, sobre varios atentados contra templos cristianos, su madre salió deprisa de su casa para saber que había sucedido, llevó a su hijo menor Ramish con ella, encontraron a su valiente y generoso hijo de 20 años sin vida, con uno de sus brazos muy lesionado, casi lo había perdido, su hermanito que tenía apenas 13 años sollozaba, ella como María tomo a su hijo entre sus brazos, el había ido a la Iglesia vestido absolutamente vestido de blanco, solo portaba su teléfono con su identificación de guardia voluntario.

Aquel acto heroico de su hijo, haría que más tarde la Sra. Naz Bano recordará los momentos en que Akash se había ofrecido como guardia voluntario de la parroquia de San Juan, lo cual hizo después de enterarse por voz de su padre y de los medios, sobre atentados perpetrados contra católicos, en los que se habían perdido muchas vidas. Ante las muchas dudas y resistencia que sus padres le planteaban afirmándole que se arriesgaba demasiado, el respondía con una amable sonrisa. Su madre también recordaría, alguna de las ocasiones, en que conversaron los peligros de su labor en la parroquia, a lo que el respondió: "Si Dios me dejará, salvaría muchas vidas sacrificando la mía". Aquel 15 de marzo su compromiso se transformó en testimonio de entrega amor y vida, pues evitó muchas muertes, en uno de los diversos atentados suicidas, que extremistas radicales habían planificado, sin contar que un hijo de Don Bosco estaría como custodio de su comunidad.

En el séptimo aniversario de su martirio, tras dos años de pandemia, se concertó -dadas las condiciones sanitarias actuales- que se celebrará el inicio de este camino rumbo a los altares, siendo Akash el primer ciudadano de paquistaní que se dirige al reconocimiento público de sus virtudes cristianas, de tal modo que su nombre sea inscrito en libros de los santos de la Iglesia, formado así parte de aquellos y aquellas que fieles a su fe, han llegado al grado de dar la vida por quienes amaban a sus hermanos en la fe, un testigo fiel, el cual con sus actos y obras, hizo de su vida una evidencia de su seguimiento de Jesús hasta la Cruz.

Así el 15 de marzo de 2022, en ambiente fraterno y festivo se llevó acabo la ceremonia de inicio, del proceso diocesano. Primero se presentó una reseña de la vida y martirio del Siervo de Dios Akash Bashir. Acto seguido se congregaron en el presbiterio los miembros del Tribunal Diocesano: padre Amajd Yousuf, Delegado Episcopal, el p. Refan Fiaz, Promotor de Justicia y el p. Patrick Samuel, Notario, y el misionero mexicano padre Gabriel Cruz, SDB, Vice-postulador de la causa, Delegado Inspectorial Salesiano, en representación propia y del padre Pierluigi Cameroni SDB, postulador General de la Congregación y del Rector Mayor Ángel Fernández Artime. Se reunieron a un lado de altar para iniciar la sesión de apertura del proceso y para prestar juramento solemne del cumplimiento de sus funciones y de guardar la condición del secreto canónico, confirmada documentalmente con la firmar las actas correspondientes.

Tras esto se dio lectura a la carta abierta que con motivo de la solemne apertura de la investigación remitió el Sr. Bryan Magro, Presidente de la Confederación Mundial de Exalumnos de Don Bosco quien se congratuló por el inicio del proceso.

Se prosiguió con la celebración Eucarística, misma que fue presidida `por S.E. R. Mons. Sebastian Francis Shaw, O.F.M., el Arzobispo de Lahore. Concelebraron S.E.R. Mons. Christophe Zakhia El-Kassis, Nuncio Apostólico en Pakistán y todos los miembros de la Conferencia Episcopal de Pakistán, además de los sacerdotes, párrocos diocesanos y/o religiosos ahí presentes.

Estuvo como invitado especial, y con un profundo sentido ecuménico, S.E. Mons. Irfan Jamil, Obispo Anglicano de Lahore, quien fue acompañados por buena parte de su comunidad de feligreses, con la motivación de compartir el ser hermanos en Cristo, y en memoria de las victimas por los atentados del 15 de marzo de 2015, incluidas las de su propia congregación. Ellos se unieron para celebrar con la alegría el proceso católico.

El arzobispo Christophe Zakhia El-Kassi, Nuncio Apostólico, dirigió a la asamblea estas palabras “'No hay mayor amor que dar la vida por los amigos.' Estas son las palabras de Jesús, que fue el primero en dar la vida por sus amigos y eso lo aprendemos de él. Akash Bashir, un joven varón, que sacrificó su vida por sus hermanos y hermanas que rezaban en la Iglesia.

Descubrió que hay algo mucho más grande que esta vida terrena. Y lo entendió sin estudiar teología ni filosofía. Vivió una vida sencilla, siguiendo a Jesús todos los días, a cada momento, aun cuando no esperaba que llegara su hora.

Akash no sabía que había llegado su hora, pero lo que sí sabía era que sus hermanos y hermanas, creyentes inocentes, estaban en la Iglesia y era su responsabilidad velar por ellos... Es impresionante que un joven sin pensar en sí mismo, mirando al asesino, corriera de inmediato a detenerlo, y diera su vida para salvar a otros.

Este proceso, iniciado a nivel diocesano, sirve para descubrir qué guardaba este joven en el corazón, para descubrir las virtudes, la belleza de su vida y descubrir a Cristo Jesús en su vida (...)

La historia de Akash Bashir es un signo para todos los jóvenes y para todos los que estamos llamados a ser como Akash, es decir, personas que no tienen miedo de seguir a Jesús y de nutrir su corazón del amor de Dios... No sabemos cuándo llegará el momento en que tendremos que dejar esta vida terrenal, pero lo más importante es estar preparados, en cada instante de nuestra vida, dejando la esencia de Jesucristo en nuestra sociedad, como lo hizo Akash Bashir: fiel servidor de Cristo.

Deseo de verdad expresar mi alegría y dar la bendición del Santo Padre Francisco que nos llama a cada uno de nosotros a vivir una vida santa, amando a Dios y al prójimo”.

El Nuncio Apostólico, También dirigió un profundo agradecimiento a la familia Bashir a sus padres, por el don de la vida y el sacrificio de su hijo Akash, así como felicitó el esfuerzo y dedicación de la Congregación Salesiana para hacer posible este proceso.

Además a los jóvenes a quienes dirigió parte de las palabras anteriores, les recordó que el Papa Francisco anima a todos a ser santos y que todos estamos llamados a alcanzar la santidad. Exhortó a los jóvenes a dar la vida por Jesús cada a día, a través del servicio cotidiano y oración, tomando a Akash Bashir como modelo e intercesor.

Los padres de Bashir durante la ceremonia encendieron un cirio en memoria de su hijo, cuyo fuego fue tomado del Cirio Pascual, y con motivo del inicio del proceso tan anhelado y valorado por toda su familia, ambos agradecieron la bendición que Dios le dio en un hijo que no dudo en entregar su vida para salvar a otros.

Además, antes de concluir la ceremonia litúrgica, Mons. Sebastian Francis Shaw afirmó: "Estamos celebrando la fe, la esperanza y la confianza de Akash en Dios".