Al inicio de su Viaje Apostólico - Peregrinación penitencial a Canadá, vía aérea, el Papa Francisco dirigió su tradicional saludo a los miembros de la prensa, tuvo como moderador al comunicador Matteo Bruni, y cabe subrayar que saludo efusivamente a la corresponsal mexicana Valentina Alazraki, invitó a todos a vivir en tono penitencial aquel trayecto, les invitó rezar el Ángelus y trajo a colación la conmemoración del día de los abuelos (Fuente: Vaticano, SPSS, y Dicasterio de Comunicación), (Nota: traducción no oficial, a cargo de nuestra redacción).

Matteo Bruni: Buenos días. Buenos días, Santo Padre. Hoy, unos ochenta periodistas de más de una decena de países le acompañan en lo que ha definido como una 'peregrinación penitencial', un viaje un tanto especial.

Estamos felices de saber de usted estos días, e incluso ahora, si quiere -puede- hablar con nosotros.

Papa Francisco: ¡Feliz domingo a todos, bienvenidos! Gracias por este servicio y también por esta compañía: lo vivo como compañía… Gracias por tu trabajo. Me gustaría saludarte como siempre. Creo que puedo dar la vuelta, podemos irnos.

Atengámonos atentos en este viaje : como dijo -Matteo Bruni-, es un viaje penitencial, hagámoslo con este espíritu. También doy la bienvenida a la 'decana' -la periodista mexicana Valentina Alazraki-: está de regreso, después de algunos viajes en los que no estuvo...

¡Que tengas un buen domingo!

Quisiera hoy... No hay Ángelus, pero hagámoslo aquí, el Ángelus.

Es el día de los abuelos: los abuelos, las abuelas, que son los que nos han transmitido la historia, las tradiciones, las costumbres y muchas cosas.

Hoy necesitamos: volver a los abuelos -lo diré como un leitmotiv-, en el sentido de que los jóvenes deben tener contacto con sus abuelos, recuperar de ellos, recuperar sus raíces, no quedarse allí, no, sino para llevarlos adelante, como el árbol que toma fuerza de sus raíces y las lleva adelante en flores y frutos.

Siempre recuerdo ese poema de Bernárdez: todo lo que tiene el árbol en flor viene de lo que tiene enterrado, que son los abuelos.

Y quisiera recordar también, como religioso, a los ancianos y las religiosas mayores, a los 'abuelos' de la vida consagrada: por favor, no los escondan, son la sabiduría de una familia religiosa; y que los nuevos religiosos y religiosas, los novicios, los novicios tengan contacto con ellos: nos darán toda la experiencia de vida que tanto nos ayudará a seguir adelante.

Cada uno de nosotros tiene abuelos y abuelas, algunos se han ido, otros están vivos; recordémoslos hoy de una manera especial. De ellos hemos recibido muchas cosas, ante todo la historia. ¡Gracias!