Al igual que en otras presencias salesianas, en el antigua Iglesia de San Miguel Arcángel –cuya fundación data del siglo XVI como parte de los barriales indígenas, establecidos durante la etapa de construcción y etapa fundacional de la Ciudad de Puebla- ubicada en la calle 17 Norte no. 806, Colonia Centro, entre las calles 8 y 10 poniente, cercana a la Comunidad de Religiosos que lleva el nombre del santo Arcángel –con sede el Instituto Juan Ponce de León (IJPL)-, también próxima al Oratorio Miguel Rúa que dirige el padre Jaime Franco Esparza, sdb miembro de la comunidad, y quien el sábado 8 de abril de 2023, alrededor de las 8 de la noche presidió la liturgia solemne del ‘Fuego Nuevo’ y de la ‘Vigilia de Resurrección’ en el llamado popularmente ‘Templo de San Miguelito.’

Tras transmitir la Luz de Cristo a través del Cirio Pascual a los fieles presentes en la asamblea -que incluía a diverso miembros de la Familia- entre ellos Salesianos Cooperadores, Voluntarias de Don Bosco y miembros de la Asociación de Devotos de María Auxiliadora, dio comienzo a la Liturgia de la Vigilia Pascual antesala de la celebración del Domingo de Resurrección y con la que concluye la Semana Santa e inicia el tiempo de la Octava Pascual, la Fiesta de la Pascua y la cincuentena Pascual.

Al mismo tiempo que el padre Franco encabezaba la fiesta central de la fe cristiana, su hermano de congregación, el padre Miguel Huitzil Cuázitl, sdb, atendía el sacramento de la reconciliación, lo que se anunció en la santa Misa para que todos los fieles pudieran celebrar bien preparados, los santos misterios pascuales.

Por su parte el p. Jaime había destacado los signos que se resaltaban e integraban en un todo a la Fiesta cristiana de todas las fiestas: El fuego, la Luz de Cristo, el Bautismo, el agua signo de la presencia del Espíritu Santo y la renovación de la promesas bautismales consustanciales a este sacramento, así como el culmen y Misterio central de Fiesta Pascual el sacramento Eucarístico, memorial de la Resurrección Gloriosa de Jesús y a la que nos fuimos preparando durante el tiempo cuaresmal y la Semana Santa.

 

Cada lectura fue introduciendo a los fieles en el misterio de la Resurrección de Jesús, los feligreses seguían con atención las lecturas de la Noche Santa en especial el Evangelio, si bien el padre Franco, siguiendo las recomendaciones de la Iglesia y del Papa Francisco hizo lo posible para que de una manera concisa y sucinta la homilía explicará todo el misterio de la salvación a los miembros de el asamblea.

Se trata –cada año- quizás de la liturgia de la Palabra más amplia pues incluye 7 lecturas del Antiguo Testamento, una Epístola de Nuevo Testamento y la proclamación del santo Evangelio según el ciclo anual, siempre referentes a la Resurrección de Jesús ( en este año correspondieron a Génesis: 1,1-2,2; Génesis: 22, 1-18; Éxodo: 14, 15-15, 1; Isaías: 54, 5-14; Isaías: 55, 1-11; Baruc 3, 9-15. 32-4, 4; Ezequiel: 36, 16-28; la Carta de san Pablo a los Romanos: 6, 3-11 y el santo Evangelio según san Mateo: 28, 1-10).

En los versículos del Evangelio de San Mateo se relata que “María Magdalena y la otra María” se encontraron con un ángel que atemorizó a los guardias que vigilaban el santo sepulcro e hizo rodar la puerta del mismo, en la cual se sentó, su aspecto era refulgente y a ellas les dijo “No teman. Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí; ha resucitado”, a ellas tras ir en camino a revelar lo que les había sucedido, Cristo se les encuentra y les dice: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán".

El Padre Franco durante la homilía expresó que quienes se hallaron verdaderamente con Jesús terminaban encontrándose en Armonía gracias a la acción del Espíritu Santo. Pero el pueblo de Israel seguía renegando de Dios y subrayó que era impresionante que el Domingo de Ramos los pobladores de la ciudad de de Jerusalén aclamaban y alababan a Jesús al entrar ella diciendo "Si él es nuestro Rey, ¡Que viva! ¡Que viva el gran Señor!" ; y a los pocos días, el Nazareno era presentado por Pilatos ante ese mismo pueblo para que eligieran a quien liberaría con motivo de la fiesta de la pascua judía, dándoles la opción de optar entre Jesús –en quien no encontró culpa alguna- y el asesino llamado Barrabas, ellos prefirieron al segundo, exclamado contra Cristo "¡Crucifícalo, crucifícalo!" y agregaron:"Suelta a Barrabas y a Jesús Crucifícalo", subrayó el padre Jaime.

Siguiendo con la narrativa del padre Franco, él refiere que entonces Pilatos se lavó las manos y entregó a Jesús para que lo crucificaran.

El clérigo salesiano sin embargo aclaró: "No todo termina en la muerte. Dios Padre va a resucitar a su Hijo con la fuerza del Espíritu Santo, y es lo que celebramos esta noche la fiesta de la Resurrección" y agregó "¿Nosotros como podemos vivir esta noticia? pues resucitando nosotros mismos y ayudando a resucitar a los demás.

Resucitando nosotros mismos, es decir, morir al pecado. Hacer a un lado el pecado, hacer a un lado la violencia, hacer a un lado la discordia, y empezar a vivir, y ayudar a nuestro prójimo, que salga de la tiniebla para que tenga luz, todo esto en el compromiso del bautismo"

Detalló -nuevamente- que las etapas o partes de la solemnidad de la Vigila Pascual eran cuatro:

"Y es así que terminamos la segunda etapa de nuestra celebración. Les dije que eran cuatro ¿Recuerdan?", comentó a la asamblea el padre Jaime

Y enunció nuevamente cada parte de la celebración pascual:

- Primera: Liturgia del Fuego Nuevo.

- Segunda: Liturgia de la Palabra.

- Tercera: Liturgia Bautismal

- Cuarta: La Eucaristía

Después de la liturgia de la Palabra y al llegar al momento de la renovación de las promesas bautismales se dio el momento de la bendición del agua, signo recuerda que Cristo nos libró del pecado, y nos trae a la memoria nuestra adopción como hijos de Dios, rescatados al precio oblativo de la Sangre de Cristo. Ya librados de la muerte y de los lazos infames de pecado la Iglesia nos invita hoy a seguir alegres, siguiendo coherentemente a Cristo evangelizando, como una “Iglesia en Camino”, pues por don del Espíritu Santo somos “príncipes, sacerdotes y profetas”, quienes renunciado al mal y proclamamos a Jesús Rey de nuestras vida, siguiendo la voluntad del Padre, según el modo de ser de nuestro Salvador, Luz que disipa las tinieblas y disipa oscuridad del mundo, elementos que en cada paso de la liturgia de la Vigilia explicó con sencillez el padre Franco de modo que todos comprendieran claramente lo que estaban celebrando.

Tras la bendición de agua, rezar las letanías y realizar la liturgia bautismal, renovar las promesas bautismales y celebrar de forma breve pero sustanciosa la solemnidad de la Vigilia, impartir la Comunión, el padre Jaime de impartió la bendición final y pidió la intercesión de María. Al concluir expresó su deseo de que todos vivieran una buena y santa Pascua en compañía de sus familiares

Cabe destacar que la iglesia de san Miguel Arcángel lucía resplandeciente, digna de los misterios que se celebraban en ella, en esta solemne Misa de la Vigilia Pascual del 8 de abril, que fue una de las primeras conmemoraciones pascuales que se realizó al interior de recinto, pues tras el terremoto de 2017 su estructura quedo gravemente dañada, por lo que muchas fiestas relevantes se realizaron estos años en el atrio, y que gracias a las gestiones de cada salesiano que fue responsable de administrarlo, -por ejemplo el padre Juan Alberto Polanco, originario del Barrio de San Miguel-, fue posible la intervención y apoyo de las autoridades de INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), y tras los tres años de Pandemia por COVID 19, se retornó a las ceremonias presenciales, lo que nos debe llevar a reflexionar los muchos motivos por los que es necesario celebrar a Jesús Resucitado, fundamento de nuestra esperanza.