El pasado 22 de junio fue presentado el Informe 2023 sobre Libertad Religiosa en el Mundo, mismo que elabora periódicamente la Fundación Pontificia “Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional” (ACN International - Aid to the Church in Need International) organización de ayuda pastoral de la Iglesia Católica, fundada en 1947 y que en 2011 el Papa Benedicto XVI elevó al rango pontificio. La ACN tiene por tarea el apoyar a los cristianos que viven en situaciones de opresión, persecución o de extrema pobreza y necesidad.

En este sentido se empeña en promover y trabajar a favor la Libertad Religiosa, es decir el derecho a elegir qué religión profesar y a adorar sin injerencias indebidas, derecho proclamado y protegido por el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Declaración sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o las Convicciones. ACN para cumplir con sus objetivos sostiene y promueve la formación de seminaristas, sacerdotes y religiosos, además la reconstrucción de iglesias y sus edificios, la traducción y distribución de la Biblia y literatura espiritual, y la promoción de la Palabra de Dios a través de los medios de comunicación cristianos.

Su sede esta en se encuentra en Königstein im Taunus, Alemania, y cuenta con 23 oficinas nacionales en Europa, América del Norte, Central y del Sur, Asia y Australia, incluida una en México.

Como parte de sus acciones ACN elabora un informe periódico –cada dos años desde 1999- sobre la situación del ejercicio de la Libertad Religiosa en el Mundo –Estudio no gubernamental que abarca todas la confesiones-, y cuya más reciente versión fue dada a conocer el pasado 22 de junio de 2023.

La ACN presentó este informe 2023, mismo que reveló que la persecución por motivos de odio a una ‘fe’ ha aumentado de 2021 a la fecha y los agresores –incluidos gobiernos opresores- parecen ser favorecidos por la impunidad.

Se dio a conocer que:

- 61 países limitan total o gravemente la libertad religiosa (1 de cada 3 naciones)

- Esto deriva en que 62% de la población mundial vive en Estados donde no factible: practicar, expresar o cambiar de religión.

- Para 47 países la situación empeoró

- 9 países presentaron signos de mejoras.

- Afecta principalmente a las minorías religiosas –que a su vez enfrentan una extinción

- Factores -terrorismo, supresión cultural, discriminación económica y restricciones legales. Lo que lleva a una atmósfera opresiva.

- Pero hoy se presentan casos en donde la persecución afecta a los grupos religiosos mayoritarios: Nigeria y Nicaragua.

Perpetradores de esta s violaciones

- Grupos terroristas

- Grupos armados

- Gobiernos autoritarios entre otros.

Característica mayor incidencia:

- La impunidad de que gozan los agresores,; rara vez, o nunca son llevados ante la justicia, o son criticados por la comunidad internacional.

El 50 % de los países con las restricciones más severas a la libertad religiosa se encuentran en África debido a:

- Al incremento de la actividad yihadista.

En Asia:

- China sigue intentando ejercer un control social total, incluido el ámbito de la religión

- India, el nacionalismo etnorreligioso de Estado promueve duras leyes anticonversión.

Naciones Occidentales presenta:

- La propagación de la llamada “cultura de la cancelación”.

- Se ejerce presión social y política sobre los profesantes de una fe para ajustarse a tendencias ideológicas.

De acuerdo a Regina Lynch, Presidenta ejecutiva de ACN Internacional, el principal objetivo del informe es “motivar a la gente para que se implique y ayude a quienes sufren persecución religiosa a través de la oración, compartiendo información, defendiendo a las víctimas, implicando a los políticos y manteniéndose informada acerca de la realidad sobre el terreno en diferentes partes del mundo”.

 

Conclusiones Principales del informe

 En el contexto de un tenso clima mundial influido por las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, las secuelas de la guerra en Ucrania, las preocupaciones militares y económicas en torno al Mar del Sur de China y el rápido aumento del coste de la vida en todo el mundo, la libertad religiosa ha sido vulnerada en países donde viven más de 4900 millones de personas. Contamos 61 países en los que los ciudadanos se han enfrentado a graves violaciones de la libertad religiosa.

En la categoría roja, categoría que indica persecución, se encuentran 28 países en los que viven 4030 millones de personas que, en conjunto, constituyen más de la mitad (el 51,6%) de la población mundial. De estos 28 países, 13 se encuentran en África, que cuenta con muchas regiones en las que la situación se ha deteriorado gravemente.

En la categoría naranja, categoría que indica discriminación, se encuentran 33 países, en los que viven casi 853 millones de personas. La situación empeoró en 13 de ellos.

En la categoría ‘en observación’ se encuentran países en los que se han verificado nuevos factores preocupantes que pueden llevar a una importante degradación de la libertad de religión. En los mapas del Análisis por regiones (páginas XX), aparecen identificados con el símbolo de una lupa.

En todas las categorías pueden producirse delitos de odio y atropellos. Estos incidentes son la manifestación de la violación de la libertad religiosa.

El resto de los países no están clasificados, pero eso no significa que en ellos se respete de forma impecable el derecho fundamental a la libertad religiosa.

Durante el período que se estudia en este Informe, la persecución se ha agudizado y concentrado, y ha aumentado la impunidad. Esta persecución se ha manifestado en violaciones extremas del artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU: el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.

1. A escala mundial, la retención y consolidación del poder en manos de gobiernos autoritarios y líderes de grupos fundamentalistas ha provocado el aumento de las violaciones de todos los derechos humanos, incluida la libertad religiosa. La combinación de atentados terroristas, destrucción de patrimonio y símbolos religiosos (Turquía, Siria), manipulación del sistema electoral (Nigeria, Irak), vigilancia masiva (China), proliferación de leyes anticonversión y restricciones financieras (sudeste asiático y Oriente Medio) ha aumentado la opresión de todas las comunidades religiosas.

2. Los casos ‘híbridos’ de persecución ‘educada’ y sangrienta se han hecho más frecuentes. Los Gobiernos han aplicado leyes controvertidas que han restringido la libertad de religión o han discriminado a determinadas comunidades religiosas sin que en la mayor parte de las veces se haya producido una protesta (Cf. leyes anticonversión). Al mismo tiempo, los ataques violentos contra quienes practican la religión ‘equivocada’ se ‘han normalizado’ y en la mayoría de los casos no se han perseguido (Iberoamérica). Esto también se observa en las naciones occidentales, pero el acceso a la justicia es mejor.

3. Aumento del número de comunidades religiosas mayoritarias que sufren persecución. Hasta la fecha, la mayoría de los grupos confesionales que sufrían persecución pertenecían a comunidades religiosas minoritarias. Cada vez son más las comunidades religiosas mayoritarias que también sufren persecución (Nigeria, Nicaragua).

4. La respuesta cada vez más callada por parte de la comunidad internacional ante las atrocidades cometidas por regímenes autocráticos ‘estratégicamente importantes’ (China, India) ha puesto de manifiesto una creciente cultura de la impunidad. Países clave (Nigeria, Pakistán) han escapado de las sanciones internacionales y otros castigos tras las revelaciones de violaciones de la libertad religiosa contra sus propios ciudadanos.

5. El auge de los ‘califatos oportunistas’. Durante el período estudiado en este Informe, las redes yihadistas transnacionales de África han ido cambiando de táctica. Gradualmente, han pasado de la conquista y defensa de territorios fijos a los ataques de ‘golpea y huye’ dirigidos a provocar el aislamiento de las comunidades (cf. Mozambique) en zonas rurales mal defendidas, preferentemente las que cuentan con recursos minerales (cf. R. D. Congo). Las estrategias tradicionales de matar y saquear han dado paso a una tendencia a imponer impuestos y sistemas de comercio ilegales, lo que ha dado lugar a un estado dentro del Estado. La inseguridad y la falta de control gubernamental han provocado revueltas y golpes militares (dos en Malí y uno en Burkina Faso).

6. Las tendencias divergentes dentro de las comunidades musulmanas se han hecho más visibles. Por un lado, los jóvenes marginados, empobrecidos y frustrados se han sentido cada vez más atraídos por las redes terroristas y delictivas islamistas (África). Por otro lado, encuestas recientes, sobre todo en Irán, han evidenciado que cada vez hay más musulmanes que se identifican como no practicantes.

7. Aumento de la persecución contra los musulmanes, incluso por parte de otros musulmanes. En China ha continuado la brutal persecución contra los uigures, y los musulmanes de India y Myanmar también han sufrido discriminación y persecución. También se han denunciado crecientes incidentes de persecución intramusulmana entre suníes y chiíes (hazaras en Afganistán), entre interpretaciones musulmanas nacionales y ‘extranjeras’, así como entre formas dominantes y las denominadas ‘desviadas’ del Islam (ahmadíes en Pakistán).

8. En Occidente han aumentado las denuncias por agresiones contra la comunidad judía después de los confinamientos por la COVID-19. Los delitos de odio antisemita denunciados en los países de la OSCE aumentaron de 582 en 2019 a 1367 en 2021.

9. Los secuestros, la violencia sexual, incluida la esclavitud sexual, y la conversión religiosa forzada no solo no han disminuido, sino que han quedado en gran medida impunes (África Occidental, Pakistán). Los secuestros y la trata de personas se han visto alimentados por el agravamiento de la pobreza y el aumento de los conflictos armados. En decenas de países, las mujeres y niñas de minorías religiosas sufren especialmente esta forma de violencia.

10. Inflar el número de fieles como medio de mantener el poder político. En algunos casos, para preservar su estatus político, religioso y social, las comunidades confesionales han exagerado el número de fieles dando datos religiosos engañosos al inscribir oficialmente a los niños, o aplazando indefinidamente los censos de población (Líbano, India, Malasia).

11. El aumento del control, incluida la vigilancia masiva, ha afectado a los grupos religiosos. En Occidente, las redes sociales se han utilizado para marginar y atacar a grupos religiosos. Estos hechos socavaron las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, pensamiento, religión, expresión, circulación y reunión.

12. En Occidente, la ‘cultura de la cancelación’, que incluye un ‘discurso obligatorio’, ha evolucionado desde el acoso (verbal) a individuos que, por motivos religiosos, defienden opiniones diferentes, hasta llegar a las amenazas legales y la pérdida de oportunidades laborales. Se ha amenazado con sanciones legales a personas que, debido a su fe, no han defendido posturas que respalden claramente opiniones acordes con las exigencias ideológicas imperantes (‘cultura de la cancelación’). Las redes sociales han constituido un factor importante para impulsar esta tendencia.

13. En los libros de texto escolares (India, Pakistán) se incluyen contenidos despectivos sobre las confesiones minoritarias, con consecuencias potencialmente importantes para el futuro de las relaciones interconfesionales.

14. Proliferación de leyes anticonversión, así como de iniciativas de reconversión que ofrecen beneficios económicos a quienes se unen a la religión mayoritaria o regresan a ella (Asia, Norte de África). Las pruebas revelan que se han promulgado nuevas leyes anticonversión y se ha endurecido la aplicación de las existentes allí donde la mayoría religiosa pretendía afianzar su poder político. Para favorecer la reconversión, se han ofrecido ventajas económicas a los miembros que se convirtieran. A la inversa, estos beneficios se retiraron a los conversos, comprometiendo el bienestar de toda la familia en las zonas afectadas por la pobreza.

15. Aumento de los ataques contra líderes religiosos y otras personas dedicadas a las Iglesias por parte de grupos delictivos organizados (Iberoamérica). Representantes religiosos, defensores de los migrantes y otras comunidades desfavorecidas han sido objeto de ataques (secuestros e incluso asesinatos) por denunciar a las bandas de delincuentes y tomar medidas para detenerlas.

16. Récord de participación en celebraciones religiosas populares tras los confinamientos por la COVID-19. Después de tres años de suspensión y restricciones del culto en la mayoría de las regiones del mundo, el regreso de las grandes fiestas religiosas (expresiones públicas de religiosidad popular) atrajo a millones de fieles (cf. el caso ilustrativo sobre celebraciones religiosas).

17. Aumento de las iniciativas de diálogo interreligioso. El papa Francisco y otros líderes eclesiásticos de todo el mundo han ampliado sus contactos con otras comunidades religiosas. Los líderes religiosos de Indonesia, a través de la organización islámica Nahdlatul Ulama, han incrementado el diálogo con sus homólogos hindúes, y en el G20 crearon un grupo permanente sobre religión, en el que participan otras comunidades religiosas importantes.

(Fuentes: ACN Internacional, Vatican News y ACNUDH-ONU)