La tarde del 21 de abril de 2024, IV Domingo de Pascua el Papa Francisco dirigió un saludos a los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de san Pedro para rezar con él la plegaria ‘Regina Cæli’ y escuchar su predica , comentario y/o reflexión del Evangelio de San Juan correspondiente a esa fecha (Jn 10, 11-18) (Fuentes: Vaticano, SPSS, Vatican News, Vatican Media y el Dicasterio Pontificio para la Comunicación).

Destacó que el tema central era Jesús Buen Pastor, y subrayó que Cristo quien nos dice que, además de ser el guía, Cabeza del rebaño, que piensa en cada uno de nosotros,   nos considera como  el amor de su vida.

En sus discurso final el Santo Padre enfatizó que ese domingo se celebraba Jornada mundial de oración por las vocaciones, cuyo tema es ‘Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz’, desde ahí felicitó a los recién ordenados presbíteros de la diócesis de Roma. El Papa reiteró su llamamiento a orar por la paz y cese de los conflictos en Palestina y en Israel y en la martirizada Ucrania. Además se condolió por el deceso en Costa de Marfil del joven padre Matteo Pettinari, misionero de la Consolata, conocido como el ‘misionero incansable’.

Comentario del Santo Padre referente al Evangelio del IV Domingo de Pascua

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!

Este domingo está dedicado a Jesús Buen Pastor. En el Evangelio de hoy (Cfr. Jn 10,11-18) Jesús dice: ‘El buen pastor da su vida por las ovejas’ (v. 11) e insiste en este aspecto, tanto que lo repite tres veces (Cfr. vv. 11.15.17). Pero, ¿en qué sentido, me pregunto, el pastor da la vida por las ovejas?

Ser pastor, especialmente en tiempos de Cristo, no era solo un oficio, era toda una vida: no se trataba de tener una ocupación determinada, sino de compartir los días enteros, e incluso las noches, con las ovejas, de vivir – quisiera decir – en simbiosis con ellas. Jesús, de hecho, explica que no es un mercenario, al que no le importan las ovejas (Cfr. v. 13), sino el que las conoce (Cfr. v. 14). Él conoce a las ovejas. Así es, Él, el Señor, pastor de todos nosotros, nos conoce, a cada uno de nosotros, nos llama por nuestro nombre y cuando nos descarriamos, nos busca hasta que nos encuentra (Cfr. Lc 15,4-5). Es más: Jesús no es solo un pastor bueno que comparte la vida del rebaño; Jesús es el Buen Pastor, que por nosotros sacrificó la vida y, resucitado, nos dio su Espíritu.

He aquí lo que quiere decirnos el Señor con la imagen del Buen Pastor: no solo que Él es la guía, el Cabeza del rebaño, sino sobre todo que piensa en cada uno de nosotros, y nos considera como en el amor de su vida. Pensemos en esto: yo para Cristo soy importante, Él piensa en mí, soy insustituible, valgo el precio infinito de su vida. Y esto no es una forma de hablar: Él dio realmente su vida por mí, murió y resucitó por mí. ¿Por qué? Porque me ama y encuentra en mí una belleza que yo a menudo no veo.

Hermanos y hermanas, ¡cuántas personas hoy se consideran inadecuadas o incluso equivocadas! ¡Cuántas veces se piensa que nuestro valor depende de los objetivos que seamos capaces de alcanzar, del éxito a ojos del mundo, de los juicios de los demás! ¡Y cuántas veces acabamos desperdiciándonos por pequeñeces! Hoy Jesús nos dice que nosotros para Él valemos mucho y siempre. Y entonces, para encontrarnos a nosotros mismos, lo primero que hay que hacer es situarnos en su presencia, dejarnos acoger y aliviar los por brazos amorosos de nuestro Buen Pastor.

Hermanos, hermanas, preguntémonos, por lo tanto: ¿Sé encontrar cada día un momento para abrazar la certeza que da valor a mi vida? ¿Sé encontrar un momento de oración, de adoración, de alabanza, para estar en presencia de Cristo y dejarme acariciar por Él? Hermano, hermana, el Buen Pastor nos dice que si lo haces, descubrirás el secreto de la vida: recordarás que Él dio la vida por ti, por mí, por todos nosotros. Y que para Él somos todos importantes, cada uno de nosotros y todos.

Que la Virgen nos ayude a encontrar en Jesús lo esencial para vivir.”

Video Vatican News

 

Comentario y llamamiento del Papa tras concluir el rezo del Regina Cæli

“Queridos hermanos y hermanas:

Se celebra hoy la Jornada mundial de oración por las vocaciones, que tiene por tema ‘Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz’. Es una hermosa ocasión para descubrir la Iglesia como comunidad caracterizada por una polifonía de carismas y de vocaciones al servicio del Evangelio. En este contexto dirijo de corazón mi saludo a los nuevos presbíteros de la diócesis de Roma, que fueron ordenados ayer por la tarde en la Basílica de San Pedro. ¡Recemos por ellos!

Continúo siguiendo con preocupación, y también con dolor, la situación en Oriente Medio. Renuevo el llamamiento a no ceder a la lógica de las reivindicaciones y de la guerra; que prevalgan, en cambio, las vías del diálogo y de la diplomacia, que tanto puede hacer. Rezo cada día por la paz en Palestina y en Israel y espero que estos dos pueblos puedan pronto dejar de sufrir. Y no olvidemos a la martirizada Ucrania, la martirizada Ucrania que sufre tanto por la guerra.

Con dolor he recibido la noticia de la muerte, en un accidente, del padre Matteo Pettinari, joven misionero de la Consolata en Costa de Marfil, conocido como el ‘misionero incansable’, que ha dejado un gran testimonio de generoso servicio. Recemos por su alma.

Les doy una cordial bienvenida a todos ustedes romanos y peregrinos de Italia y de tantos países. Acojo con afecto a las Hermanas Apostolinas: ¡gracias por vuestro alegre servicio a la pastoral de las vocaciones! Saludo a los fieles de Viterbo, Brescia, Alba Adriatica y Arezzo; como también al Rotary Club Galatina Maglie e Terre d’Otranto, a los jóvenes de Capocroce, a los chicos de la Confirmación de Azzano Mella y de la parroquia de Santa Inés en Roma.

Les deseo a todos vosotros un feliz domingo. Y saludo a los chicos de la Inmaculada, ¡bravos! Por favor, no olviden rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.”