El 12 Abril 2022, el padre José Adilson Morgado, Rector de la comunidad salesiana “Santa Teresinha” de São Paolo, Brasil, anunció el fallecimiento del padre Ladislau Klinicki el salesiano más anciano del mundo.

Ladislau Klinicki nació en Kursk, antigua URSS en 1914, era el quinto hijo de Karol Klinicki y Katarzyna Kitlinska ciudadanos de origen polaco. Su papá era un trabajador ferroviario y su mamá una funcionaria pública y. Emitió su primera profesión en 1934 en Czerwinsk. Hizo su profesión perpetua como salesianos de Don Bosco en Rozanystok en 1939. Fue ordenado sacerdote en Varsovia en 1943 (Fuente: ANS)

Fue prisionero y sobrevivió a 3 campos de concentración nazis, durante la 2ª guerra mundial, y narraba en sus memorias tituladas ‘A un paso de la muerte’: "La mayor ayuda espiritual para nosotros fue la confianza en la Divina Misericordia y la oración".

Al finalizar la guerra, fue uno de los misioneros salesianos polacos destinados a América. Arribó a los Estados Unidos, para después colaborar en Ecuador. Llegó a Brasil en 1968, donde brindo acompañamiento a los inmigrantes polacos que habitaban el barrio de “Bom Retiro” de São Paulo.

Años más tarde fue destinado a colaborar en el aspirantado de Lavrinhas, en Cruzeiro, y en Pindamonhangaba. Fue un gran confesor de muchas generaciones de salesianos. Por muchos años fue miembro de la comunidad de salesianos de “Santa Terezinha”.

En 2020 recibió la medalla de San Pablo Apóstol, en la categoría de servicio sacerdotal, en reconocimiento a su compromiso de estimular y dar vida y energía al compromiso eclesial y pastoral de la Arquidiócesis de São Paulo.

En su inspectoría “São Paulo” se afirmó: “¡El padre Ladislao era un santo! ¡Era un hombre fuerte, humilde y de buen corazón, y era conocido por los dulces que repartía a niños y adultos! Fue autor de libros que narraban sus experiencias en los campos de concentración y preparó ayudas catequísticas que ofreció a salesianos y laicos. Su habitación era frecuentada por una multitud de pajaritos que comían los frutos y semillas que recibían en sus propias manos. Muy devoto de la Divina Misericordia, fue un gran apóstol de esta devoción tan querida por el pueblo polaco…

Damos gracias a Dios por la lluvia de gracias que nos ha dado en este hermano y sacerdote. Que su paso a Dios traiga un llamado de paz al mundo, especialmente a los pueblos eslavos, tan queridos por él, por haber nacido en territorio ruso y de familia polaca. Que Dios lo haga feliz y que ore por todos nosotros