El domingo 12 de agosto de 2022, al medio día el santo padre Francisco, saludo desde la ventana de su estudio en el palacio apostólico del Vaticano, tanto a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de san Pedro, como a quienes siguieron a través de los medios y redes sociales la transmisión del rezo del Ángelus dominical (Fuente: Vaticano, SPSS y Dicasterio para la Comunicación).

Destacó la exhortación de Jesús ante el panorama de la salvación "Esfuércense por entrar por la puerta estrecha" (Lc 13,24), subrayó como Cristo nos revela "Yo soy la puerta: si alguno entra por mí, se salvará" (Jn 10, 9). El Papa puso enfatizó que el cristino sigue a Jesús incluso en la cruz y se empeña en vivir en el amor, no toma la puerta amplia sino la estrecha, no deja espacio al egoísmo, a la autosuficiencia ni a la soberbia, orgullo o a la pereza… y se atreve a atravesar el riego del amor.

En sus palabras tras el rezo del ángelus se condolió por los hechos que acontecen en nicaragua y se expreso de que aún existan caminos para una convivencia pacífica centrada en el dialogo respetuoso, oró para que los corazones lleguen a tal acuerdo de voluntades. Además volvió a pedir por el pueblo ucraniano,que sufre a causa de una 'inmensa maldad'.

Comentario del Papa Francisco a las lecturas del día, al introducir el rezo de la oración mariana.

 (Traducción no oficial, elaborada en base al original en italiano por nuestra redacción)

 “Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!

 En el pasaje del Evangelio de Lucas de la liturgia de este domingo, un sujeto pregunta a Jesús: "¿Son pocos los que se salvan?". Y el Señor responde: "Esfuércense por entrar por la puerta estrecha" (Lc 13,24). La puerta estrecha es una imagen que podría espantarnos, como si la salvación fuera destinada sólo a unos pocos elegidos o a los perfectos. Mas esto contradice lo que Jesús nos enseñó en muchas ocasiones; y de hecho, un poco más adelante, Él afirma: "Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios" (v. 29). ¡Entonces esta puerta es estrecha, pero está abierta para todos! No olvides esto: ¡todos! ¡La puerta está abierta a todos!

 Pero para entender mejor esta puerta estrecha, debemos preguntarnos qué cosa es. Jesús trae la imagen de la vida de aquel tiempo y probablemente se refiere a que, al llegar la tarde, las puertas de la ciudad bebían cerrarse y permanecía abierta sólo una, muy pequeña y muy estrecha: para regresar a casa se podía pasar sólo por ahí. .

Pensemos ahora cuando Jesús dice: "Yo soy la puerta: si alguno entra por mí, se salvará" (Jn 10, 9). Esto quiere decir que para entrar en la vida de Dios, en la salvación, hay que pasar s través de Él, no de algún otro, de Él; acogiéndolo a Él y a su palabra. Como para entrar en la ciudad había que "medirse" con la única puerta estrecha que permanecía abierta, así aquella del cristiano es una vida "a la medida de Cristo", creada y modelada de acuerdo a Él. Significa que el criterio de medida es Jesús y su Evangelio: no aquello que pensamos, sino lo que dice Él. Y entonces se trata de una puerta estrecha no porque esté destinada a unos pocos, no, sino porque ser de Jesús significa seguirlo, empeñar la vida en el amor, en el servicio y en la donación de sí mismo como lo hizo él, que pasó por la puerta estrecha de la Cruz. Entrar en el proyecto de vida que Dios nos propone requiere restringir el espacio del egoísmo, reducir la presunción de la autosuficiencia, de abajarse las alturas de la soberbia y del orgullo y superar la pereza para atravesar el riesgo del amor, aun cuando implica la cruz.

Pensemos, para ser concretos, en los gestos cotidianos de amor que llevamos acabo con fatiga: pensemos en los padres que se dedican a sus hijos haciendo sacrificios y renunciando al tiempo para sí mismos; a los que se ocupan de otros y no sólo de sus propios intereses: cuánta gente es así, buena; pensemos en aquellos que se dedican al servicio de los ancianos, los más pobres y los más frágiles; pensamos en aquellos que se ponen en marcha a trabajar con compromiso, soportando adversidades e quizás incomprensiones; pensemos en cuantos sufren con motivo de la fe, en lugar de seguir sus propios instintos responden al mal con el bien, hallan la fuerza para perdonar y el coraje para volver a empezar. Estos son sólo algunos ejemplos de gente que no elige la puerta ancha de su propia comodidad, sino la puerta estrecha de Jesús, de una vida vivida en el amor. Éstos, dice hoy el Señor, serán reconocidos por el Padre mucho más que aquellos que se creen ya salvados y, en realidad, en vida son "operarios de injusticia" (Lc 13, 27).

Hermanos y hermanas, ¿Nosotros de qué parte queremos estar? ¿Preferimos el camino fácil de pensar sólo en nosotros mismos o elegimos la puerta estrecha del Evangelio, que pone en crisis a nuestro egoísmo mas nos hace capaces de acoger la vida verdadera que viene de Dios y nos hace felices? ¿De qué lado estamos? Que Nuestra Señora, que ha seguido a Jesús hasta la cruz, nos ayude a medir nuestra vida en Él, para entrar en la vida plena y eterna."

 

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 Palabras del Papa Francisco tras el rezo del Ángelus:

"¡Queridos hermanos y hermanas!

Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que involucra a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, se pueda aún encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica. Pidamos al Señor, por intercesión de la Purísima, que inspire en los corazones de todos, esa voluntad concreta.

Hermanos y hermanas, les saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos de diversos países: familias, grupos parroquiales, asociaciones. En particular, saludo a la comunidad del Pontificio Colegio Norteamericano, especialmente a los nuevos seminaristas que apenas arribaron, y los exhorto al compromiso espiritual y a la fidelidad al Evangelio y a la Iglesia. Saludo a las mujeres consagradas del ‘Ordo virginum’ - Orden de las vírgenes - y les animo a testimoniar con alegría el amor de Cristo.

Saludo a los fieles de Verona, Trevignano, Pratissolo; los jóvenes de Paternò, Lequile y los del camino del ‘Via lucis’ que, apoyados en el ejemplo de los Santos de la “porta accanto” - siguiente puerta- , se encontrarán con los pobres que viven cerca de las estaciones del tren. Y también un saludo a los niños de la Inmaculada Concepción.

Perseveramos en la cercanía y en la oración por el querido pueblo ucraniano, que está viviendo una inmensa crueldad."