Los salesianos coadjutores Austreberto Velasco Sandoval, Fernando Martín Valdespino, Ramón Domingo Vargas Mendoza, José Víctor López Cisneros, José Vicente Apango Rivera y el padre Miguel Lezama Rojas participaron de la celebración que presidió el martes 11 de octubre el padre Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos de Don Bosco con motivo de la canonización de Artémides Zatti.

Los salesianos de México-México que viajaron a Italia a participar de los festejos con motivo de la elevación a los altares de san Artémides Zatti, tuvieron el gusto de poder agradecer a Dios y celebrar junto con todos los hermanos salesianos del mundo por su vocación reflejada en la persona del nuevo santo salesiano.

El Sr. Austreberto Velasco recibiendo la Eucaristía del manos del Rector Mayor.

Por tal motivo el Rector Mayor presidió en la Basílica de María Auxiliadora de Valdocco, una la Celebración Eucarística en la que participaron 650 salesianos coadjutores venidos de todo el mundo para participar en los eventos por la canonización de Zatti, en respuesta que el mismo sucesor de Don Bosco hiciera meses atrás a los superiores de las diversas inspectorías y visitadurias salesianas de los cinco continentes.

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Concelebraron con el Rector Mayor, además de sacerdotes salesianos, Mons. Esteban Laxague, SDB obispo de Viedma, ciudad donde vivió y murió Zatti, y Mons. Bernardo Bastres Flores, SDB, obispo emérito de Punta Arenas, en Chile. En la sede de altar estuvieron del padre Pierluigi Cameroni, Postulador General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, el padre Leonardo Mancini, Superior de la Circunscripción Especial de Piamonte y Valle de Aosta (ICP)

En la asamblea estuvo presente Sor Chiara Cazzuola, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, el Rector pronunció su homilía en italiano y español en la que manifestó su "gran alegría por el hecho de que hoy, a lo largo del día, en casi 2000 presencias salesianas, se ofrece una Eucaristía para agradecer a Dios por el don de la santidad de Zatti”.

Salesianos de MEM durante la convivencia con los hermanos coadjutores de todo el Mundo.

Y subrayó “la santidad no es una conquista humana, ni un motivo de orgullo, sino la presencia del misterio de Dios que se hace presente entre nosotros(…) Dar gracias a Dios por la santidad de Artémides Zatti significa ante todo agradecerle porque en su misterio Dios se hizo más cercano en la vida de un hombre bueno, quien trató de amar y servir”, e invitó a todos a dar gracias a "Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo por el misterio de su presencia entre nosotros".

En el segundo punto de sus palabras, destacó muy claramente: “San Artémides Zatti no fue un sacerdote fallido. Fue un salesiano que, a consecuencia de su enfermedad, fue llevado por Dios a descubrir el gran valor de su vocación de salesiano coadjutor. Así su vida y su vocación nos hablan del gran valor de la consagración de la vida religiosa”.

Además comentó: “Entre nosotros hay unos que son sacerdotes y otros que no lo son. Todos somos salesianos de Don Bosco consagrados y algunos vivimos el ministerio sacerdotal. Por eso creo que en el futuro, nuestra mirada sobre nuestro hermano san Artémides Zatti debe ayudarnos a descubrir la belleza y el gran valor de la consagración laical”.

Y retomando el lema de la canonización de Zatti “Creí, Prometí, Sané” destacó que se trataba de programa de vida "muy sencillo, pero muy profundo (…) en su sencillez se expresa una profunda fe en Dios" concluyó el Rector Mayor.

Posteriormente los salesianos de MEM participaron de un convivencia fraterna con sus hermanos de todo el mundo, donde cantaron, y ofrecieron diversos obsequios al sucesor de Don Bosco, quien al final de la jornada les impartió todos su bendición.

(Fuentes: ANS)