A las 5 de la tarde –tiempo de Roma- inició la solemne celebración de la Pasión del Señor, que fue presidida por el santo padre Francisco en la Capilla Papal de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. El Papa llevó a cabo el rito de adoración de la santa Cruz de Jesús, sin embargo correspondió al Predicador oficial de la Casa Pontificia vaticana, S. Em. el Cardenal Raniero Cantalamessa, O.F.M. tras la liturgia de la Palabra ha predicado la homilía; en ella hace un fuerte llamado a evitar tendencia posmodernas de nihilismo absoluto o a cualquier doctrina, ideología, corriente filosófica, por científica o sensata que parezca, que muestre signos o pretender poner por encima de Dios o de Cristo sus propios principios, sea que se trate del hombre mismo, si con esto nos alejan de la verdad poniendo al borde en especial a los jóvenes estudiosos de caer en un abismo sin fondo en lo espiritual, sin trasfondo real (Fuente: Vaticano, SPSS, Vatican Media, Vatican News).

Y al igual que lo hiciera en otra homilía de en un Viernes Santo de 2006, hoy hace referencia a Dante Alighieri quien nos exhorta a mantenernos firmes en la fe sin que ninguna corriente o influencia, nos mueva como pluma al viento, o nos lleve a creer ingenuamente doctrina o forma de pensar no es igual de provechosa que la palabra de Jesús:

 Homilía del Cardenal Catalamessa

Venerables padres, hermanos y hermanas.

 Desde hace 2 mil años la Iglesia anuncia y celebra en este día, la muerte del Hijo de Dios en la Cruz… en cada Misa después de la consagración repetimos ‘Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús…

Otra ‘muerte de dios’, sin embargo, ha sido proclamada durante más de un siglo en nuestro mundo occidental descristianizado. Cuando en el ámbito de la cultura se habla de la ‘muerte de dios’, es esta otra ‘muerte de dios’ ideológica, y no histórica que se entienda. Algunos teólogos para ‘no quedarse atrás’ se apresuraron a construir sobre ella un ‘teología’, ‘la teología de la muerte de dios’.

No podemos desconocer la existencia de esta narrativa ‘diferente’ sin dejar presa de la sospecha a muchos creyentes. Esta ‘muerte diferente de dios’ ha encontrado su perfecta expresión en la conocida proclama que Nietzsche, el filósofo, pone en boca del ‘hombre loco’ que llega sin aliento a la plaza de la ciudad:

‘- ¿A dónde se ha ido dios?

-Te lo diré Yo. Fuimos nosotros quienes lo matamos, tú y yo. ¡Nunca hubo acción más grande! Todos los que vengan después de nosotros en virtud de esta acción, pertenecerán a una historia más alta que cualquier historia que haya existido hasta ahora’

Video Vatican News

 En la lógica de estas palabras - y creó –también- en las expectativas del autor- sabe que las historia no se dividiera más en ‘antes de Cristo’ y ‘después de Cristo’, más bien en ‘antes de Nietzsche’ y ‘después de Nietzsche’; aparentemente no es la ‘nada’ la que se pone en el lugar de Dios, sino el hombre y más precisamente ‘el super hombre’ o ‘el más allá del hombre´.

Ahora de este ‘hombre nuevo’ hay que exclamar con un sentimiento de satisfacción y de orgullo -no ya de compasión- :’¡Ecce homo!’ -‘¡Aquí está el verdadero hombre!-

Sin embargo no tardaremos mucho, en darnos cuenta, de que dejado a sí mismo el hombre no es nada.

‘- ¿Qué hicimos desatando a esta Tierra de la cadena de su Sol?-’, sigue el hombre loco…

‘-¿Hacía donde se mueve ahora? -

-¿A dónde caminamos lejos de todo sol?-

-¿No es la nuestra una caída eterna?-

-Y hacia atrás, hacia los lados, hacia adelante… de todos lados… ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿No estamos vagando como por una ‘nada infinita’?-’

La respuesta tácita y consoladora del hombre loco a estas preguntas suyas es ‘–No, no vagaremos en una nada infinita, porque el hombre cumplirá la tarea hasta ahora encomendada a Dios -’…

 

En cambio nuestra respuesta como creyentes es ‘-Si-’, y eso es exactamente lo que sucedió y está sucediendo: Vagamos espiritualmente como por una nada infinita.

Es significativo que en la escena del autor de esta proclama, algunos hayan llegado a definir la existencia humana, como ‘un ser para la muerte’, y a considerar todas las supuestas posibilidades del hombre como nulidades desde el principio, ‘más allá del bien del mal’ –que- fue otro grito de batalla del autor.

‘Más allá del bien y del mal’ sólo hay voluntad de poder, y sabemos a donde esto nos lleva, hacia donde nos está conduciendo.

No se nos permite juzgar el corazón de un hombre que sólo Dios conoce, incluso el autor de ese anuncio ha tenido su parte de sufrimiento en la vida, y el sufrimiento une a Cristo, quizás más de lo que separa de Él…

La oración de Jesús en la Cruz ‘-Padre perdónalos porque no saben lo que hacen-’ no fue dicha sólo para los que estaban presentes en el Calvario ese día… Me viene a la mente una imagen que a veces he observado en vivo, y que espero se haya hecho realidad, mientras tanto, para el autor de aquella proclama:

Un niño enfadado, intenta golpear con sus manos, y rascar la cara del padre, hasta que agotado cae llorando en sus brazos, quien lo calma y estrecha contra su pecho.

No juzgamos –repito- la persona que sólo Dios conoce, los frutos sin embargo que su proclamación produjo, los podemos y debemos juzgar: Ella ha sido declinada de las más diversas maneras y con los más diversos nombres, hasta convertirse en una moda, en un aire que se respira en los círculos intelectuales del occidente postmoderno.

El denominador común de todas estas diferentes declinaciones es el ‘Relativismo Total’ en todos los campos: ética, lenguaje, filosofía, arte y por supuesto religión.

Nada más es sólido, todo es líquido o incluso vaporoso. En la época del romanticismo la gente se deleitaba en la melancolía, hoy en el nihilismo.

Como creyentes es nuestro debe mostrar lo que hay detrás, o debajo de esa proclamación. Está el brío de una llama antigua, la repentina erupción de un volcán activo desde el principio del Mundo. El drama humano también tuvo su prologo en el cielo, en ese ‘espíritu de negación’, que no aceptaba existir en la gracia de Otro. Desde entonces ha estado reclutando seguidores para su causa empezando por los ingenuos Adán y Eva: ‘Serán como dioses, conocedores del bien y del mal’.

Para el hombre moderno todo esto no parece más que un mito etiológico, para explicar la existencia del mal en el mundo, y en el sentido positivo que se le da hoy al mito, así es en realidad para la historia, la literatura, en nuestra propia experiencia personal, nos dicen que detrás de este mito hay una verdad transcendente, que ninguna narración histórica o razonamiento filosófico podría transmitirnos.

Dios conoce nuestro orgullo y ha venido a nuestro encuentro, Él se ha aniquilado primero delante de nuestros ojos. De hecho Cristo Jesús siendo de condición divina no retuvo habidamente el ser igual a Dios, al contrario se despojo de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres, y así reconocido como hombre por su presencia se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz’

‘- Dios ¿fuimos nosotros quienes los matamos?-Tú y yo-‘grita el hombre loco. Esta cosa terrible en la humanidad, ocurrió una vez en la historia humana, pero en un sentido muy diferente de lo que él entendía.

Porque es verdad hermanos y hermanas: fuimos nosotros, ustedes y yo quienes matamos a Jesús de Nazaret, Él murió por nuestros pecados y por los del Mundo entero.

Pero su Resurrección nos asegura que este camino no conduce a la derrota, sino que gracias a nuestro arrepentimiento, conduce a esa apoteosis de la vida, buscada en vano por otros caminos,

¿Por qué hablar de todo esto en una liturgia de Viernes Santo?

No para convencer a los ateos de que Dios no está muerto, los más famosos entre ellos lo descubrieron por su cuenta, en el momento en que cerraron los ojos a la Luz, de hecho a la oscuridad de este mundo.

Y en cuanto aquellos que todavía están entre nosotros, se necesitan otros medios, que las palabras de un pobre predicador, medios que el Señor no fallará otorgar a los que tienen el corazón abierto a la verdad, como le pediremos a Dios en la oración Universal, que va a seguir en nuestra liturgia, el verdadero motivo es otro:

Es para evitar que los creyentes, quién sabe, tal vez unos pocos estudiantes universitarios sean arrastrados a ese vórtice de nihilismo que es un verdadero agujero negro de Universo Espiritual.

El intento es de hacer resonar entre nosotros la exhortación siempre actual de Dante Alighieri: “Sed, oh cristianos, más firmes al moveros : no seáis como pluma a cualquier viento, y no penséis que os lave cualquier agua”.

Sigamos pues venerados padres, hermanos y hermanas repitiendo y más convencidos que nunca las palabras que mencionamos en cada Misa: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven Señor Jesús”.

Si desea puede descargar el librito de la celebración: Pasión del Señor (Viernes Santo, 7 de abril de 2023):