El Cardenal Salesiano Antonio Ignacio Velasco García, de Venezuela fue nombrado por el Papa San Juan Pablo II, durante el primer consistorio del 3er milenio, a la vez que el muy reconocido Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga natural de Honduras.

Su Ex. Velasco García fue un erudito que sirvió en la Congregación como Inspector y Consejero Regional, y posteriormente como pastor de la Iglesia Universal.

17 de enero de 1929: en la ciudad de Acarigua, Venezuela nació Ignacio Antonio Velasco García, sus padres fueron José Antonio Velasco Rangel y Ramona García de Velasco. Estudio la primaria en su ciudad natal. Conoció a los salesianos en el Colegio Don Bosco de Valencia.

1941: Ingresa al aspirantado salesiano de La Vega.

1944: Es admitido en el noviciado ‘Santa María’ de Los Teques.

25 de agosto de 1945: emitió su primera profesión religiosa como salesiano de Don Bosco

Estudió filosofía en la casa ‘Boleita’ de Caracas. En la Universidad Pontificia Salesiana – con sede estaba en Turín- concluyó su formación y se tituló como Licenciado en Filosofía y Pedagogía.

30 de junio de 1951: en Valdocco emite su profesión perpetua.

1952 -1956: Cursó y se tituló en la licenciatura de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.

17 de diciembre de 1955: Le ordenan sacerdote en Roma

1956-1958: Sirvió como docente y catequista en el Liceo San José de Los Teques, Venezuela.

1958-1963: Enseñó y atendió pastoralmente a los alumnos del Colegio Don Bosco de Valencia.

1971-1972: Fungió como Director de las casas de Valera y del centro ‘San José’ de Los Teques

1972 -1978: Tras participar en el Capítulo General Extraordinario de la Congregación es designado Inspector de Venezuela, donde gobierna todo el sexenio.

1978-1979: Participó un curso de actualización teológica en Roma.

1979-1984: Fue Director del Colegio Don Bosco de Valencia.

1984: Siendo Delegado Inspectorial de Venezuela para Capítulo General 22, fue electo Consejero para la Región América Latina-Pacífico-Caribe.

23 de octubre de 1989: El Papa san Juan Pablo II, lo nombra Vicario Apostólico de Puerto Ayacucho y Obispo Titular de Utimmira.

6 de enero de 1990: el mismo Santo Pontífice lo ordena en San Pedro, Roma.

27 de mayo de 1992: Juan Pablo II agrega a sus cargos el de Administrador Apostólico ad nutum Sanctae Sedis de San Fernando de Apure.

27 de mayo de 1995: El mismo sucesor de san Pedro lo nombró Arzobispo de Caracas y se desempeña con gran celo apostólico.

1996: Fundó el Centro de Formación para vocaciones adultas ‘San Ignacio de Antioquia’.

1998: Erigió el Seminario Misionero ‘Redemptoris Mater’ de Caracas (1998).

1997-1998: Promovió la ‘Misión de Caracas’ para la Evangelización y Renovación Pastoral Arquidiocesana.

1988: Conciente de la importancia de los medios para la evangelización, fundó y presidió la red de televisión de la Arquidiócesis de Caracas.

1998: Fue Rector de la Universidad Católica Andrés Bello. Además fundó y fue Rector de la Universidad Santa Rosa de Lima en Caracas.

1996-1999: Formó parte del Episcopado Venezolano y llegó a ser Presidente de la Comisión Episcopal de Educación.

1996-1999: Fue Vicepresidente segundo del y primerota Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).

1999: Le elevan a Vicepresidente Primero de la CEV.

2001: Juan Pablo II le crea Cardenal con sede en la Iglesia Salesiana de Santa Maria Domenica Mazzarello, en el barrio Don Bosco de Roma.

2002: La grave situación de Venezuela y la denuncia pública de la misma por parte del Cardenal Velasco le acarreó incluso el insulto público de Presidente en turno Hugo Chávez.

12 de noviembre de 2002: su residencia sufre un atentado por granada.

Domingo 6 de julio de 2003: Dios le llama a su presencia tras librar una dura batalla contra el cáncer.

Tras su fallecimiento el Papa San Juan Pablo II en un telegrama destaca del Cardenal Velasco: ‘Su generosa e intensa labor ministerial, primero como religioso salesiano, luego como educador de jóvenes, como sacerdote y finalmente como Vicario Apostólico de Puerto Ayacucho, y hasta el momento en que se le pidió que asumiera esta importante tarea (en la Arquidiócesis de Caracas, Ed.), da testimonio de su gran entrega a la causa del Evangelio, así como de sus cualidades personales’.