Los días sábado 23 y domingo 24 de septiembre de 2023, en el centro salesiano de retiro la “Casa del Hombre Nuevo ”, Tlazala de Fabela, Estado de México, se congregaron cientos jóvenes animadores lideres del MJS, mujeres y varones, entre los 15 y 28 años de edad, convocados por la Oficina de Pastoral Juvenil de la Inspectoría de México-México y su responsable el Padre Hugo Herrera Rosales, Delegado Inspectorial para la Pastoral Juvenil, para participar del “Taller de Formación de Animadores Salesianos” (FAS).

Ellos y ellas son animadores de las obras, pertenecen a las diversas experiencias asociativas en las obras y presencias de la Inspectoría, de los distintos Estados de la República Mexicana (Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Michoacán, Puebla, Yucatán, entre otras) que atienden los salesianos en MEM, y que viven los valores y principios del Carisma Salesiano.

Este taller tiene por objetivo colaborar en el fortalecimiento de la identidad Carismática de los Animadores Salesianos (AS) y ofrecerles elementos teóricos y prácticos necesarios para la animación pastoral de los grupos juveniles salesianos en los que participan y colaboran los jóvenes líderes. Para lo anterior los trabajos y actividades se desarrollaron bajo dos ejes temáticos: 1) Iniciación en la Espiritualidad juvenil Salesiana (Rasgos biográficos de Don Bosco); 2) Perfil del Animador Salesianos (Liderazgo Juvenil, Identidad del Líder Cristiano y Herramientas para el diseño de una sesión de grupo).

Durante las ponencias que les introdujeron a dichos ejes temáticos les acompañaron el Lic. Francisco Javier Cabrera y el Padre Herrera, este último en una de sus exposiciones, narró que al responder a una joven que le preguntó, ¿Cuál era el rol más importante en una obra salesiana…el del jefe, el de director?, él p. Hugo comentó que le respondió “quita cualquier pieza y todo se cae”.

Aseveró a los jóvenes animadores de obras salesianas: “…ustedes son piezas claves, no digo funcionarios, ni obreros… Son piezas claves…. ¿Quién crea el ambiente en una casa salesiana? Ustedes”, y destacó el protagonismo de los animadores como líderes en sus centros.

Además les visitó el Padre Ignacio Ocampo Uribe, Superior de MEM, quien les saludo y felicitó. El padre Inspector presidió la Misa de clausura del taller, que concelebró el p. Herrera.

En su homilía el padre Ocampo explicó que Jesús hablaba con la belleza sencilla del lenguaje de las parábolas, para referirse a su Padre Dios, para explicar como Él es siempre generoso con todos y que no se le puede ni debe reprochar como decide ser generoso, ni la cuantía de lo que otorga. Además destacó que no importa tanto ser los primeros o últimos al recibir lo que Dios tienen para nosotros, sino saber responder a su llamado, hacerle caso y servir como jóvenes líderes del MJS, evitando la mezquindad, el regateo, la envidia, y tener paciencia al esperar su llamado que puede ocurrir en cualquier momento de la vida.

Les exhortó a ser comedidos en valorar todo lo que Dios nos ha otorgado, desde la naturaleza hasta las cualidades que podamos creer poseer, porque Él nos ha brindado todo, pues todo lo da gratuitamente y lo dispensa según su voluntad, generosidad y compasiva misericordia. El Padre Ocampo subrayó que se debe estar consciente de que los pensamientos de Dios son diferentes a los del ser humano, y están muy adelantados a los de éste último, por lo que hay que ser atentos, perseverantes en la escucha y respuesta generosa a Dios sin importar cuando seamos llamados, pues Dios llama todo el tiempo.

Al referirse al como Jesús se expresaba a través de un lenguaje común pero dotado de belleza y entendible, dirigido sobre todo a los más sencillos, como lo son las parábolas, el Superior de MEM expresó en la Homilía: “…Ustedes saben del afecto a mi madre, yo se que le encantan las flores, y yo se que el lenguaje de la belleza es, si yo llego a casa y - digo- ‘Madre le doy una flor’… a mi madre de 80 años.Y ustedes saben muchas cosas más, conocen muy bien el lenguaje de la belleza, y cuando Jesús quería hablar del Padre, quería hablar de las cosas de Dios, usaba esto, estas parábolas.

Y claro el idioma original uno ve la belleza, como esta construida alguna cosa, y miren también tiene una cosa más, la parábola que escuchamos, nos empuja a hacernos una pregunta muy poderosa: ¿Es de verdad injusto, el dueño de todo –estamos pensando en Dios- … es de verdad injusto Dios, cuando dispone y reparte sus vienes cómo Él quiere? ¿Es injusto Dios?

Miren que de Dios hemos recibido estimados jóvenes, jovencitas, hermanos todos… de Dios hemos recibido cada uno todo lo que somos, todas las capacidades que tenemos, y que podemos cultivar …ósea…de Dios hemos recibido todo. Ninguno de nosotros hizo méritos antes de ser concebido, para nacer con un estatus con un estatus superior, o no se, o como que haya preparado su nacimiento con cualidades o capacidades, presuntamente mejores que las de otros…

Hemos venido cada uno, cada una de nosotros por obra de una lógica y de un querer: gratuito y generoso. Nadie le abonó puntos a Dios, o haya comprado a Dios algo, le haya hecho un prepago, y miren, tampoco le vamos a poder comprar después nada a Dios.

Lo que somos y nuestras capacidades, lo recibimos todo gratis de Dios. En la medida que Él ha querido, lo que sabemos es que ha sido una medida generosa, nos ha dado lo que más nos haría bien. Y Él sigue siendo gratuitamente bondadoso, lo será siempre, con cada uno, con cada uno de nosotros… siempre lo será así.

Pero bueno, es cierto es que sí uno pone los pies en esta tierra, la dinámica de este mundo no es así. Aquí si compramos, aquí si vendemos, aquí si hay una lógica de méritos y de merecimientos, ¿verdad?… y eso es como reciproco: doy para que me den. Si quiero obtener algo de alguien, le llegó al precio - ni modo- o le regateó y le propongo un trato donde gane él y gane yo… hoy se dice que los negocios son ganar, ganar, de una manera que quedamos convencidos de que ganaste tú y gané yo…

 ¿Pero que sucede? Miren que si nos metemos mucho en esta dinámica, de retribución, le llamamos ‘conmutativa’, porque doy y me das etc. Nos podemos centrar demasiado en lo que nos interesa, nos podemos centrar demasiado en lo que deseamos, incluso nuestra habilidad de adquirir.

Y nos dejamos envolver en una esfera, en una inercia donde las expectativas,y las astucias para negociar y conseguir, se vuelven lo ordinario… y a veces creemos que los único, para conseguir las cosas.

Aquí es donde veo la belleza de las palabras de Jesús: porque con una parábola, nos recuerda oportunamente que no está precediendo y nos está sosteniendo una lógica muy distinta: la lógica de Dios, el querer de Dios, que, como escuchamos en la Primera Lectura, ¿No se si les llamó la atención?; que así como distan los cielos de la tierra, así nuestros pensamientos, nuestra lógica en este mundo, dista de la lógica de los pensamientos de Dios.

Pero fíjense que la distancia entre los pensamientos de Dios y los nuestros, no nos perjudica, no resulta un agravio para nada. Cierto ante él todos somos deudores, todo le debemos a Dios, todo lo que somos, las capacidades que tenemos, lo que podemos conseguir, esa es nuestra condición real, a Dios le debemos todos, porque todo nos lo dio gratis.

Pobres de nosotros si Dios fuera como nosotros, si Dios nos tratará como merecen nuestros errores, nuestras culpas, por lo menos eso… pobres de nosotros.

¿Por qué abríamos nosotros de reclamarle a Dios, que d pronto ha sido muy generoso con alguna persona ‘ a él le dio la habilidad de cantar y a mi no’, y estoy medio enojado y medio amargado; ‘a él le fue mejor en la vida, tiene más cualidades y yo no’; ‘el es muy bueno, muy buena para hablar, para dirigir el grupo y yo no’ ¿Por qué haríamos eso? ¿Por qué reclamarle su generosidad a Dios con otros? ¿Por qué entristecernos? ¿Por qué amargarnos por su gratuidad? ¿Por qué envidiar a otros, sintiéndonos despreciados? ¿Por qué anteponerle a Dios nuestras expectativas, nuestros intereses al libre ejercicio de su voluntad?

Miren muchachos, al que es todo generosidad, le debemos todo, nos hace mucho bien mirar y reconocer la generosidad de Dios. Lo bonito de lugares como estos, - ¡verdad!-, es que de pronto, dándonos una paseadita ahí por el campo, viendo todos los árboles, recibiendo el sol en la mañana, uno puede decir: ‘¡Esto es Dios!’, generosidad, se está dando todo el tiempo, frescura, así es Dios generoso…

Nos hace mucho bien mirar y reconocer la generosidad de Dios, nos hace mejor imitarla. Porque mirando la generosidad de Dios, reconociéndola e imitándola, sanamos nuestro corazón de lo que lo hace más mezquino, y más triste: El Egoísmo. Sanamos nuestro corazón de las envidias, nos sanamos de la baja autoestima, de todo aquello que acapara y adsorbe nuestra fuerza vital, y nos tiene, en no pocos casos, a algunos enojados, tristes, frustrados, deprimidos, eso puede pasarnos. Me parece pues, que hermoso que el Señor con una palabra nos lleve a comprender eso.

Por último estemos atentos también, para saber responderle positivamente a Dios en el momento que Él nos busque. Tenga por seguro queridos muchachos, queridos hermanos todos, que Dios los va a buscar ¡Ténganlo por seguro!¡Algunos ya siente que han ha recibido una llamada muy personal de Él! Tengan por seguro que si no ha llegado ¡Llegará!, nos busca y nos llamará a trabajar con Él, muchas veces y en varios momentos de la vida.

Ojala ninguno de nosotros se sume a esas voces desencantadas, que luego escuchamos tristemente, y me da pena decirlo… pero, de quienes vamos más adelante a veces que ustedes, en la edad y preparación: ’No, no, ya no, es en este momento de mi vida ¿Para que? ’.,. Digamos algunos que estamos en el rango de los 50 a los 60, ‘Ya en este momento, para qué’, ‘No, mira si no me llamaron en el momento en que yo lo esperaba… ya ahora no’, a veces decimos,‘No, no, ya he visto tanta cosas que ¡Ay, qué a mi qué me vas a contar! …’

Como hay llamados a trabajar a la primera hora del día, nos dice en Evangelio, hay llamados a trabajar a media mañana, a medio día, a media tarde y a la última hora del día. Y el Señor a cada uno le va a dar generosamente. No nos sintamos nosotros sobrados, ninguno de nosotros, porque a veces el egoísmo nos hace ver o sentir que ‘¡Ya para qué! ¡Ya para qué! en este momento de mi vida o en esta circunstancia’… seriamos sordos al llamado de Dios ¡Y eso si que sería una desgracia!

No importa ser los primeros o los últimos ¿Saben?, muchos últimos serán primeros dice Jesús, y los primeros van a ser últimos… lo que importa es saber escuchar y responder a las llamadas del Señor a trabajar con Él, porque es lo mejor que nos podría pasar en la vida…que Dios nos llama, Que nos hable, que nos invite, las veces que esto suceda y en momento que esto suceda.

Yo los invitaría prácticamente a hacer suyas las palabras del Salmo que también hermosamente hemos cantado, hemos escuchado: Que le demos al Señor Nuestra alabanza., que reconozcamos que sus designios aunque no siempre los entendamos, son justos siempre, son designios de bondad y generosidad. Que están llenas de amor todas sus obras, hemos dicho, que su grandeza es incalculable, que es clemente, que es misericordioso, que es bueno y cariñoso con todos en todas sus acciones. Créanlo, queridos hermanos, queridos muchachos, que nos alegre a todos, que celebremos todos, y celebremos siempre la bondad y la generosidad de nuestro Dios. Que así sea” Concluyó el padre Ignacio.

El Taller se desarrolló en un ambiente alegre y fraterno, de estudio y reflexión, así como entre actividades que permitieron a los animadores de MJS experimentar actividades lúdicas, de integración grupal y de profundización que serán empleadas durante su trabajo pastoral y/o en las obras o durante los encuentros y campamentos inspectoriales que ofrece la Pastoral Juvenil MEM.

Además cabe subrayar la presencia en este curso del misionero y salesiano coadjutor español Fernando Martín Valdespino, más conocido con cariño como “Tito”

(La redacción agradece para la realización de este artículo la colaboración Luz María del Carmen de AS y del Oratorio Don Bosco y del Sr. Carlos Cuauhtémoc Altamirano Admon. de la Casa del Hombre Nuevo).