El pasado domingo 1º de Octubre el nuevo Cardenal Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los salesianos, presidió su primera celebración Eucarística como purpurado en la Basílica Salesiana del Sagrado Corazón de Jesús de Roma.

En un recinto saturado de fieles, miembros de la Familia Salesiana, colabores y simpatizantes del carisma salesiano; concelebraron 4 Obispos, un nutrido grupo de inspectores venidos del mundo entero, el Rev. Padre Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor Emérito y miembros del Consejo General. Además se hicieron presentes embajadores, autoridades militares y civiles.

El comentario introductorio a la celebración Eucarística, fue pronunciado por Padre Stefano Martoglio, el Vicario del Rector Mayor, quien expresó: ‘Eminencia, Reverendísimo Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos... Que este saludo, que no es formal, sino que es sustancia, suba como incienso sobre las volutas de esta iglesia, construida por Don Bosco a instancias del Papa, para que Don Bosco desde arriba, sonriente, vea a este hijo suyo, su Sucesor, y este servicio que el Santo Padre le ha pedido.

el asombro ante la acción imprevista e imprevisible de Dios. Tú, Ángel, hijo de Ángel e Isabel, hermano de Rocío, hijo de Don Bosco por vocación, llamado al servicio de la Iglesia con un altísimo nivel de confianza y responsabilidad. Este es un signo espléndido de la delicadeza de Dios para contigo, como persona, y en ti, y por ti, también para la Congregación y la Familia Salesiana. Nuestra emoción, nuestro afecto se alimenta de nuestro asombro ante la acción de Dios’.

Es algo tan grande que para apoyarlo tenemos que utilizar un verbo que ya ni siquiera estamos acostumbrados a decir. Es una página nueva de vida, que el Señor os pide a través del Santo Padre, que hoy celebramos con alegría y afecto, que comienza aquí y que os llevará donde el Señor quiera. Esta creación os pide renunciar a muchas cosas, pero os llena de la presencia de Dios, para que en este don y servicio, con vuestra profunda y auténtica humanidad, llevéis siempre el gran sentido de la Iglesia, de su universalidad, del amor al Papa, a los pobres, y de la centralidad de la educación’.

Me atrevo a comparar esta Misa con la que Don Bosco hizo en este altar. Y es por la entrega: de tu persona, de lo que eres para cada uno de nosotros y de lo que serás, por lo que es Dios en tu vida, que te pide y te pedirá. Encomienda que habla de la centralidad de la presencia de Dios, que es entonces tu lema’.

En su homilía el Rector Mayor comentó: ‘A Dios le encantan las sorpresas. Habitualmente en la Biblia Dios dice: 'apártense, el camino será revelado'. Y esto estoy convencido de que vale para todos, consagrados y laicos... Pero Don Bosco también nos ha dejado algo importante, recordándonos que nada debe turbarnos y que debemos confiar en la Providencia de Dios’.

Haciendo referencia a la Ordenación del primer obispo Salesiano y las palabras profética e Don Bosco dijo: ‘Veo cada vez más el futuro glorioso que se prepara para nuestra sociedad, la extensión que tendrá y el bien que podrá realizar’.

Al hacer referencia de al pasaje de la Carta a los Filipenses (Flp. 2,1-11) el Cardenal destacó la virtud de la humildad y la necesidad de la cercanía de los pastores al rebaño, asegurando que ‘esta es la forma más hermosa de servir al Señor’ y que mantendría dichas actitudes en el cargo a él confiando.

Subrayó que para los salesianos la obediencia, la fidelidad, el servicio al Papa, están ‘impresos por nuestro fundador’, además encomendó su futuro ministerio a María Auxiliadora, imitando la imploración que San Juan Bosco dirigió a la Santísima Virgen tras la muerte de Mamá Margarita.

 (Fuente: ANS)