En la casa de retiro “Sagrado Corazón de Jesús”, en Ayagualo, República de ‘El Salvador’ Inspectoría de Centro América (CAM) del 23 al 26 de octubre tuvo lugar el encuentro de referentes de Salesianos de Don Bosco e Hijas de María Auxiliadora Delegados Inspectoriales para los grupos locales de Familia Salesiana en sus diversas realidades, en donde participó el Rev. padre Juan Aarón Cerezo Huerta referente de MEM, entre los 46 asistente provenientes de 10 países de la Región.
Fueron convocados por el P. Joan Lluís Playà, Delegado Central del Rector Mayor para el Secretariado de la Familia Salesiana, se trata de una asamblea que se realizaba periódicamente cada 5 o 6 años con el fin de para impulsar un nuevo período, respondiendo a los nuevo retos y situaciones que enfrenta la Familia Salesiana en las las diversas regiones.
El Padre Playà enfatizó: “Convencidos que una reflexión en común de esta realidad que nos identifica es fecunda, nos ayuda a mirar alrededor y hacia adelante como grupo”.
A través de una síntesis sobre la realidad de los grupos, se presentaron las fortalezas, debilidades y retos de cada realidad.
El tema “Cómo expresar la identidad carismática salesiana en este mundo cambiante” corrió a cargo del Rev. p. Luís Timossi.
En encuentro abordaron algunos aspectos de la animación y acompañamiento de los grupos, así como las responsabilidades inherentes de los delegados.
Como elementos relevantes reflexionaron sobre:
- La relación de la Familia Salesiana, el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) y Pastoral Juvenil (PJ), bajo el entendido que son las instancias quienes deben saber ofrecer espacios de maduración a los jóvenes en camino y proyecto hacia la vida adulta, conservando el estilo de vida salesiana en comunidad para quienes así los disciernan, fortaleciendo así su respuesta al llamado y misión específica que Dios le revelé.
El p. Playá subrayó: “La Familia Salesiana sobre todo en sus espacio educativo, ofrece un marco, facilita un proceso, desarrolla un proyecto que contribuye de una manera profunda a la formación, educación y crecimiento de los jóvenes para que sean responsables en la sociedad, desde los criterios que están en el Evangelio de Cristo”.
Y para concluir agregó: “No somos grupos para sentir el gozo de reunirnos, claro que esto produce una alegría grande. El reto es que cada centro, espacio, persona y grupo pueda hacer realidad lo que nos hemos propuesto. Estamos en un camino de éxito, esta es una verdadera alternativa de vida en un mundo que a veces nos desconcierta y que se nos hace difícil.
Los jóvenes se pierden en estos entresijos de la vida y el espacio salesiano ofrece una alternativa de vida muy interesante para quienes la ven apta para sus vidas”.