El 25 de mayo de 2024, en el Estadio Olímpico de Roma, tuvo lugar la 1ª Jornada Mundial de los Niños y las Niñas, un encuentro que durará hasta el día domingo 26 de mayo, y que es patrocinado por el Dicasterio para la Cultura y la Educación, este magno evento reunió a 50 mil personas, cuyo objetivo es iniciar un movimiento que busque construir un mundo mejor (Fuentes: Resumen del Boletín de la OPSS 26.05.2024, Vatican Media y Vatican News)
Desde la tarde de ese sábado el Santo Padre Francisco se traslado de e la Casa Santa Marta, al Estadio Olímpico de Roma para encontrarse con un gran número de niños, esta extraordinaria reunión comenzó con un desfile que contó con más de 100 delegaciones cuyos integrantes estaban ataviados con trajes tradicionales de diversos lugares de mundo , acto seguido inició un gran espectáculo musical.
A su llegada, el Papa Francisco fue recibido por los organizadores de la Jornada, ellos acompañaban a 5 niños representantes de los 5 continentes quienes saludaron al Papa en su idioma, el español.
El Santo Padre pronunció un afectuoso saludo, el cual destacó el lama del encuentro: “Yo hago nuevas todas las cosas”, palabras de Jesús, que dieron paso a un ameno dialogo de preguntas y respuestas, algunos niños iniciaron este momento formulando al sucesor de San Pedro algunas interesantes interrogantes a las que el Papa respondió con afecto, al dialogo siguieron testimonios y algunos aportes de que ayudaron a la reflexión.
A continuación se presenta el saludo que el Papa dirigió a todos los niños reunidos en el estadio.
Video Vatican News
Saludo del Santo Padre Francisco en la 1ª 1ª Jornada Mundial de los niños:
“Queridas niñas, queridos niños, chicos y chicas:
¡Lo logramos! ¡Lo logramos! Ha comenzado la aventura de la JMN, la Jornada Mundial de los Niños. Nos hemos reunido aquí en el Estadio Olímpico para dar el “saque inicial” a un movimiento de niñas y niños que quieren construir un mundo de paz, donde todos somos hermanos, un mundo que tiene un futuro, porque queremos cuidar el ambiente que nos rodea. “Hermoso mundo”, dice vuestro canto. ¡Gracias por esto!
En ustedes, niños, todo habla de vida y de futuro. Y la Iglesia, que es madre, los acoge y los acompaña con ternura y con esperanza. El pasado 6 de noviembre tuve la alegría de recibir en el Vaticano a miles de niños de muchas partes del mundo. Ese día trajeron consigo un torrente de alegría; y me hicieron sus preguntas sobre el futuro. Aquel encuentro dejó una marca en mi corazón y comprendí que esa charla con ustedes debía continuar, debía ampliarse a muchos otros niños y adolescentes. Y es por eso que hoy estamos aquí, para seguir dialogando, haciéndonos preguntas y respuestas.
Sé que se entristecen por las guerras. Les pregunto: ¿están tristes por las guerras? -los niños responden-: “¡Sí!” -“¡No los oigo”- “¡Sí!”. Hoy he recibido a niños que han huido de Ucrania que tenían tanto dolor por las guerras. Algunos de ellos estaban heridos. ¿Es la guerra algo hermoso? -los niños responden-: “¡No!”. No se oye. -los niños responden-: “¡No!”. Y la paz, ¿es algo hermoso? -los niños responden-: “¡Sí!”. Me gusta escucharlos decir esto. Les duele que tantos niños de su misma edad no puedan ir a la escuela. Hay niñas y niños que no pueden ir a la escuela. Son realidades que yo también llevo en mi corazón, y rezo por ellos. Recemos por los niños que no pueden ir a la escuela, por los niños que sufren las guerras, por los niños que no tienen qué comer, por los niños que están enfermos y nadie los cura.
Les hago una pregunta. Escuchen bien. ¿Saben cuál es el lema de esta Jornada Mundial de los Niños? ¿Saben cuál es el lema? El lema es una frase tomada de la Biblia: “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo escucharon? -los niños responden-: “¡Sí!”. “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo decimos juntos? -todos juntos-: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Otra vez: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Este es el lema. Es bellísimo. Piensen: Dios quiere esto, todo lo que no es nuevo pasa. Dios es novedad. Siempre el Señor nos da la novedad.
Queridos niños, sigamos adelante y tengamos alegría. La alegría es salud para el alma. Queridas niñas y niños, Jesús en el Evangelio ha dicho que Él los quiere mucho. Una pregunta: ¿Jesús los quiere mucho? ¡No se oye! -los niños responden-: “¡Sí!”. Y el diablo, ¿los quiere? -los niños responden-: “¡No!”. ¡Excelente! Ánimo y adelante.
Ahora, todos juntos, rezamos a Mamá, a la Mamá del Cielo.
Ave María
¡Que Dios los bendiga! ¡Que Dios los bendiga!”