os medios a lo largo del Globo han difundido el derrocamiento de régimen sirio la huida a Rusia de la Familia que ostentó el poder por décadas y la gran incertidumbre que reina ahora ante el triunfo de los rebeldes musulmanes .

Así lo describen los salesianos del lugar:

Comenta el padre Pedro García, misionero salesiano español y director de la casa salesiana de Damasco: “La situación actual en Siria es de gran incertidumbre, aunque todo avanza demasiado rápido (...) Por ahora, solo podemos esperar y continuar trabajando junto a la gente. Desde el inicio, nosotros, los salesianos, hemos mantenido las puertas abiertas, incluso en los momentos más difíciles de la guerra. Siempre hemos sido un punto de referencia para la población y seguiremos siéndolo en este momento (...)

El momento de la verdad será cuando las diferentes facciones que componen la coalición se sienten a negociar. Todo dependerá de cómo se organicen los contrapesos del nuevo gobierno.”

El padre Simon Zakerian, Superior de la Inspectoría de Oriente Medio, se encontraba en Roma recibiendo el curso de formación y orientación para inspectores recién nombrados, él explicó los sentimientos encontrados de la población siria: “El pueblo sirio, por un lado, se alegra; por otro, llora. Durante tantos años, los sirios se han acostumbrado a vivir con un bloqueo de libertad: no podían expresarse, hablar ni criticar... Ahora esperamos que haya un cambio positivo”.

La gran pregunta de muchos es sobre el futuro. Los obispos sirios, tanto católicos como ortodoxos, ya han tenido varios encuentros con algunos responsables de los grupos rebeldes y han recibido garantías de que los cristianos “no serán atacados, porque siempre han sido fieles a nuestro país”. Esto alimenta una esperanza cauta, aunque todos quieren esperar a que los nuevos responsables del país demuestren con hechos sus declaraciones.

El Superior de MOR concluye comentado que los jóvenes que frecuentan las obras salesianas reflejan la nueva realidad. “En este tiempo, nuestros jóvenes se han mantenido mayormente en casa; en los grupos de WhatsApp se escribían mutuamente para no salir a la calle, esperando ver cómo evoluciona la situación… Así que aún hay miedo, pero al mismo tiempo, un poco de esperanza de que este cambio sea sinceramente para el bien del país”.