El padre Stefano Martoglio, vicario del Rector Mayor, el 8 de diciembre de 2024 presidió la solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús en Roma, recordando una tradición profundamente salesiana iniciada por Don Bosco, simultáneamente se conmemoró el 8 de diciembre de 1841, día del encuentro con el joven de 16 años, Bartolomé Garelli, fecha que es considerada como el día del nacimiento del Oratorio Salesiano. La fiesta contó gran participación, incluida la presencia de numerosos miembros del Consejo General y salesianos de la Sede Central.
En su homilía el P. Stefano destacó los rasgos fundamentales de la figura de María y explicó antes del decreto del dogma en 1854, ya era común venerar la Inmaculada Concepción de la Virgen María: ‘Esta gracia extraordinaria y particular de María como ‘Inmaculada’ nos habla de una mujer no tocada ni dañada por el pecado original, esa dimensión que todos llevamos dentro y que a veces nos hace pensar una cosa y hacer otra... Pues bien, esta gran gracia de María no es para ella, sino para nosotros: ¡porque de la fe de María viene el Salvador, Jesús!’,
Exhortó a todos a vivir el tiempo litúrgico del Adviento ‘siguiendo la escuela de María’, quien, con su fe y su corazón, permitió la celebración de la Navidad. Resaltó importancia y grandeza de esta fiesta ya que María ‘restaura en el corazón de Dios la armonía de los inicios, la armonía de la Creación’, la humanidad recupera la gracia perdida en el Jardín del Edén con el pecado de Adán y Eva.
Al explicar el pasaje Don Martoglio detalló que cuando Dios pregunta: ‘Adán, ¿dónde estás?’, se trata de un cuestionamiento dirigido a cada hombre y mujer ‘¿Hacia dónde te diriges en tu vida? Yo te he creado para una armonía total, con la Creación, conmigo, con los hermanos y contigo mismo. Pero tú, ¿dónde estás ahora?’. Esta discordia y ruptura generada por el pecado del hombre persiste a lo largo del tiempo sin que nadie asuma la responsabilidad: Adán la transfiere a Eva, y Eva a la serpiente…
Sin embargo, el Padre Martoglio enfatizó: ‘el Señor no permite que la humanidad pierda el camino hacia una vida de felicidad’. Con María, ‘se reinicia el sueño inicial de Dios para que la humanidad pueda estar siempre en comunión con Él, como al principio, a través de la encarnación’.
Del Evangelio subrayó el saludo del arcángel Gabriel a María ‘Llena de gracia, así es cómo ella aparece ante los ojos de Dios’. Ella con su fiat -su sí- dio inicio a la Encarnación del Señor y a la Navidad, finalizó diciendo: ‘Pidamos a Dios tener la misma fe de María’.
Tras finalizar la eucaristía, se dio lectura a un pasaje de las Memorias del Oratorio de Don Bosco, que narra aquel encuentro con el joven Garelli. Tras concluir el relato la asamblea se congregó en torno la estatua de María Inmaculada, para recitar el Ave María, recordando aquella oración que Don Bosco hiciera con Garelli en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís.
(Fuente Agenzia iNfo Salesia [ANS]).