El santoral salesiano del mes de enero nos presenta como en la Familia Salesiana se puede alcanzar la santidad desde una edad muy tempana, a través del amor a Dios y al prójimo. Tal es el caso de Laura del Carmen Vicuña Pino, o Laura Vicuña quien nació un 5 de abril de 1891 en Santiago de Chile, en pleno invierno sudamericano, sus padres fueron el militar José Domingo y Mercedes Pino, conformaban una familia de corte aristocrático,  si bien eran considerados parte de rama más humilde de esta noble familia - cuyos miembros les menospreciaban por considerarlos pobres-,  el apellido de su padre y las revueltas socio-políticas de su época -que desembocaron en una revolución-, provocaron que los Vicuña se vieran obligados a exiliarse en Chile.

Tras una salida llena de dificultades, ellos se refugiaron  en un hogar de condiciones muy precarias ubicado en la comunidad de  chilena de Temuco, capital de la provincia de Cautín, en la región de la Araucanía.  El primero en sucumbir de forma inesperada y prematura fue José Domingo (falleció en 1894) , ante la falta de recursos económicos su viuda la Sra. Mercedes y sus hijas, migraron a tierras Argentinas, estableciéndose en Junín de los Andes. Para su mala fortuna se involucró laboral y sentimentalmente con un hombre abusador llamado Manuel Mora.

Laura y su hermana Julia Amanda ingresaron en 1900 al colegio de las Hijas de María Auxiliadora. Laura se distinguía por ser una niña piadosa y estudiosa, alegre y feliz, solidaria con sus compañeras y con quienes lo necesitaran, siempre estaba disponible para ayudar

Al hacer su Primera Comunión hizo suyos los ideales del joven santo con quien se identificaba: Domingo Savio, consagrando su pureza a la Virgen María y su vida entera a Jesús. Fue tal su entusiasmo y devoción  que solicitó ser admitida con las Hijas de María Auxiliadora, ella fue admitida superando algunas dificultades.

Su alma sensible se atribuló al grado de desmayarse cuando en clase de catequesis comprendió el sacramento matrimonio, dedujo que su madre vivía en pecado, además otros indicios le confirmaron esta situación: en vacaciones su mamá le hacia rezar en secreto y cuando iban a Misa la Sra. Mercedes no comulgaba.

Preocupada por la salvación del alma de su progenitora se dedicaba a pasar extensos lapsos de tiempo de oración y hacía cada sacrificio que le fuera posible con tal de ganar la salvación y conversión de su mamá. Pero Manuel Mora no conforme con el daño que conscientemente provocaba quiso abusar Laurita; pero ella lo rechazó firmemente, con gran valor y furia defensiva, ese rufián no mellaría su inocente pureza, y se vio fortalecida por su madura elección de fe.

Mora amenazó con retirar todo apoyo del pago de las colegiaturas del colegio, así que Laura regresó a la Escuela pero en condición de ayudante, aún tendría que sufrir más humillaciones. Su corazón le indicaba que solicitara ingresar como Hija de María Auxiliadora, lo cual le fue negado debido a la condición  pecaminosa de su madre.

Laura mortificada pero convencida en su fe imitó a Jesús, ofreciendo su vida al Señor por la conversión mamá, así que pidió permiso a su confesor el Padre Crestanello, para que incrementará  sus sacrificios e hizo votos en privado en favor de la salvación de la Sra. Mercedes. Su salud se vio mellada por sus mortificaciones y las enfermedades a las que se vio expuesta tras rechazar a Mora. Finalmente contrajo tuberculosis. Tras una visita que realizó a su Madre Manuel la agredió nuevamente dejándola muy herida y terminó postrada en la cama.

La noche en que presintió que fallecería reveló a Mercedes: “Mamá, me estoy muriendo! Durante mucho tiempo le he ofrecido a Jesús mi vida por ti, para que vuelvas a Dios… Mamá, antes de morir, tendré la oportunidad de ver tu arrepentimiento?”

Al ver el sacrificio de su hijita la Sra, Mercedes respondió: “Prometo que haré lo que me pides".

Laura partió al cielo en Junín de los Andes, Argentina, el 22 de enero de 1904, el Santo Papa Juan Pablo II la proclamó Beata un 3 de septiembre de 1988 año del centenario de la muerte de San Juan Bosco,  reconociendo sus virtudes heroicas en el seguimiento fiel de Cristo a su corta edad. Hoy es considera patrona de las víctimas de abusos, víctimas de incestos, huérfanos, mártires de Chile y Argentina su memoria litúrgica coincide con la fecha de su pascua.