Hoy Celebramos a María Dominga Mazzarello quién nació un 9 de mayo de 1837 en Mornese, provincia de Alessandria, Italia, era hija de una familia campesina en extremo trabajadora, de ella aprende un estilo de trabajo muy entregado y decidido, que sólo lo frenará la enfermedad. Su padre el señor Giuseppe Mazzarrello, se confía siempre en la ayuda de su hija, emprendedora y activa, a ella le enseña que ante la providencia de Dios, quien provee el pan cada día, es necesario responderle recíprocamente, con la oración y el trabajo.
Su fuerte y profunda fe, se forjaron a través de su educación familiar, ella se empeñaba y sacrificaba cotidianamente, caminaba cada día al pueblo para encontrarse con Jesús, en la santa Eucaristía, afirmará más tarde: "Sin Él, no podría vivir".
En 1860, se dio una epidemia de Tifus que se extendió por todo Mornese. El Padre Pestarino, quien era su confesor, le instó a ayudar a sus familiares Mazzarello, lo hizo con la mayor dedicación posible, pero a sus 23 años de edad contrajo la enfermedad, la cual le debilitó, y a tal grado que aquel trabajo arduo que amaba de campo, le fue imposible de retomar nuevamente.
Si bien se recupera de forma inexplicable, no recupera la fortaleza que le distinguía. Tiempo más tarde a María Dominga, al caminar por la calle tiene una visión extraordinaria: ve una gran edificación, puede notar una amplio patio donde ve a muchas jóvenes y niñas correr y jugar , una voz se le manifiesta : "Te las estoy dando"..." Te las encomiendo"
Poco a poco, el Espíritu Santo va formando y trasformando el corazón en la Joven Mazarello, cada cosa que le sucede o se le ocurre se la comenta al Padre Pestarino, junto con algunas amiga ven otra tarea que ella podrá llevar a cabo, al mismo tiempo con dicha actividad podrá atender a aquellas que se le han confiado: se dedicará a la costurería, creado ropa, y diversos tejidos útiles.
Si bien, María Dominga todavía no conoce a San Juan Bosco, el Espíritu Santo va transformado su persona, le da un corazón nuevo, maternal con un estilo preventivo, prudente, sencillo y sabio, al modo de María.
Dominga se empeñó en la labor de educar a las niñas más necesitadas con un amor preventivo. Su pequeño taller se convertirá en el punto de encuentro con las huérfanas y desprotegidas, el Señor se las envía cada día y ella les da la bienvenida, el padre Pestarino ve en todo aquello la obra de Dios, y les invita a consagrarse, el sacerdote las comienza llamar ‘Hijas de la Inmaculada’.
Para 1864, San Juan Bosco llega con sus jóvenes a Mornese, con la finalidad de establecer una escuela, una Universidad para los jóvenes varones de aquella localidad. Al escucharle Mazzarello afirma: "Don Bosco es un santo, y yo lo siento".
A petición del padre Pestarino Don Bosco visita la naciente obra de las Hijas de la Inmaculada, queda muy impresionado y afirma que aquellas Hijas de la Inmaculada, son en realidad las Hijas de María Auxiliadora.
Será el santo Papa Pío IX, quien le solicitará a San Juan Bosco, que funde un instituto femenino, cuya tarea, al igual que su Oratorio, será brindar cuidado y atención, pero dirigido a las niñas y jóvenes. Don Bosco convoca una reunión con el padre Pestarino, le comenta que ha elegido a las Hijas de la Inmaculada Concepción para que de su pequeña comunidad, sea creado un instituto de vida consagrada. Don Bosco envía a las candidatas a estudiar en la nueva Institución educativa del lugar, irán a aquella recién edificada construcción universitaria.
Pero María Dominga y sus compañeras sufren de diversas necesidades, incluso hambre, en buena medida debido a la incomprensión y rechazo inicial de sus compañeros aldeanos, pero ellas siempre se muestran alegres y amables, su fe no vacilaba.
En 1872, aquellas primeras quince Hijas de la Inmaculada Concepción, se transformarían en las primeras Hijas de María Auxiliadora. Dominga es llamada a servir desde el gobierno de su instituto, inicialmente se hace llamar ‘vicaria’, porque, afirmaba: "la verdadera superiora es la Virgen".
Maín - como la llaman cariñosamente- se transforma en una educadora de la juventud. A la par de la Obra de Don Bosco, María Mazzarello se convierte en la Cofundadora del nuevo Instituto, un nuevo carisma educativo, femenino, en el seno de la Iglesia.
Como responsable de sus hermanas, su mayor empeño se enfoca en la formación de las futuras salesianas, como “madres y educadoras” de la juventud, con una espiritualidad y una pedagogía propias, así como una sensibilidad específica.
El Instituto va generando frutos, se abren nuevas obras, se crean las primeras casas y presencias canónicamente erigidas, al igual que los salesianos, se dan las primeras misiones que se dirigen a territorio sur de América. Con la bendición del Papa Pío IX, el 9 de noviembre de 1877, y bajo la protección de María Auxiliadora; las primeras misioneras, parten al Nuevo Continente.
Con el pasar de los años, a Dominga le llama "madre Mazzarello", un calificativo que era entendible para todas y para la gente, pero en lugar de imponerse o anteponer el cargo, ella siempre se empeña por dar el ejemplo, incluso elige asumir los trabajos más humildes.
Con madurez y humilde sabiduría dirige con diligente maternidad, la espiritualidad del Instituto. Madre Mazzarello es el ejemplo del perfil femenino del carisma Salesiano, en las Hijas de María Auxiliadora.
Su caminar al cielo
Madre Mazzarello, es llamada al cielo el 14 de mayo de 1881, tenía apenas 44 años, se encontraba en Nizza Monferrato. En ese momento el Instituto contaba ya con 165 hermanas y 65 novicias, que se distribuían en 28 casas, 19 de estas en Italia, 3 en Francia y 6 en América.
Sus cualidades y virtudes cristianas, fueron reconocidas con el pasar de los años, de tal forma que fue beatificada por Pío XI en 1938. El 24 de junio de 1951, fue canonizada por Pío XII. Como es posible ver el Espíritu Santo formó en ella un corazón maternal verosímil y dispuesto a amar, ella fue y es la primera Hija de María Auxiliadora, a quien celebramos en la Iglesia cada día 13 de mayo, coincidiendo con una fiesta que a ella seguramente le agradaría, la fiesta de nuestra Señora de Fátima.