Desde Kiev, capital de Ucrania, nos llega uno entre los muchos y destacados ejemplos de servicio que se dan en el escenario del conflicto bélico, mismo que afecta al pueblo ucraniano, se trata del testimonio del Padre Oleh Ladnyuk, SDB, quien a pesar de los bombardeos continuos, dolor y sufrimiento afirma que: ‘Debemos ayudar a las personas y mostrarles que, a través de nosotros, Dios no las abandona’. El Padre Lanyuk es una voz clara que a pesar la ´tormenta´ vivida, expresa su experiencia de la presencia de Dios. Se trata de un salesiano, que se desempeña como docente y capellán militar desde 2014 (Fuente: ANS).

Nos dice: “Es el amor lo que empuja a un sacerdote a permanecer en esta situación; tener experiencia, también militar ciertamente ayuda, porque el peligro está en todas partes y es necesario entender la psicología de quienes están en torno de nosotros para ayudar a los soldados y no estorbar. Entonces sirve un estado de ánimo dispuesto a ver la muerte y el sufrimiento, superándose a si mismo, sin hundirse en el dolor, sino tratando de establecer una buena relación con todos. Los salesianos se ven facilitados en esto basándose en su experiencia en los oratorios también en Italia. De hecho, es aquí donde uno se acostumbra a conocer a todo el mundo sin distinción.

‘La formación salesiana me ha ayudado mucho: la experiencia de los oratorios nos acostumbra a tratar con gente de todo tipo; además en los salesianos uno se acostumbra al cansancio físico, lo que en la guerra es importante, además de la formación psicológica a la que estamos acostumbrados. Esta es nuestra preparación.

Pero los desafíos no faltan, en primer lugar, cómo superar el sufrimiento. Me preguntan ‘¿cómo haces a no perder la fe?’, y me dicen que ven a Dios en mí persona. Para mí este es el reto’.

La ayuda la comunidad mundial salesiana le fortalece: ‘Me llaman, me escriben también desde Italia…y se observan los milagros de la oración’, lo afirma contado todas las veces que se salvó bajo fuego y estruendo de bombas gracias a la protección de María.

Su mayor compromiso es el servicio: celebrar Misa, confesar, distribuir la Comunión, más en la retaguardia que en el frente, además atiende hospitales y pueblos, donde sobreviven muchos civiles, además están quieren huir de Ucrania, el padre Oleh estima que desde inicios del conflicto, ha ayudado a poco más de 500 personas a salir de país y afirma: ‘cargaba mi furgoneta con mucha, mucha gente y no los contaba’.

 

En su trabajo procura atender a todos los que le es posible: lleva alimentos y medicinas a las personas que sufren en Ucrania, entrega ayuda a los hospitales donde se atiende a los heridos, visita a los militares y también transporta alimentos para los muchos animales domésticos que durante el guerra han sido abandonados y ahora están siendo cuidados por aquellos que tuvieron compasión de ellos y los recogieron.

Lo que más le ha conmovido es haber trasladado a menores sin sus papás: ‘Me los encomendaron porque confiaban en mí y querían que los llevara a lugares seguros’. Está enterado que afortunadamente todos se han reencontrado con sus familias.

‘Entonces la experiencia con los jóvenes es la más difícil, pero también la más cercana a la espiritualidad salesiana. Cuando parte de ellos no quieren hablar, yo respeto su silencio, luego cuando entran a nuestra casa salesiana, las barreras se caen y lloran conmigo

‘Los sacerdotes siempre recordamos que Jesús siempre estuvo con los últimos, los más pobres -concluye el salesiano-. Así cuando tenemos la oportunidad debemos ayudar a estas personas, aunque no sean nuestros feligreses. Y debemos mostrarles que, a través de nosotros, Dios no los abandona; debemos darles esperanza’.