El padre Inspector Ignacio Ocampo Uribe, superior de la Provincia Salesiana de México-México (MEM), nombró como Delegado Inspectorial para la Pastoral Juvenil Salesiana, al Rev. padre Hugo Herrera Rosales, SDB. Oremos para que su misión sea acompañada en todo momento por el Espíritu Santo, a favor de los niños y niñas, adolescentes y jóvenes que participan del Carisma Salesiano en las obras de Nuestra Inspectoría.
El P. Hugo Herrera Rosales, nació un 19 de septiembre de 1982, es hijo de una familia muy cristiana, donde la unidad entre los hermanos es el rasgo característico, aprecio ‘rudo’ pero alegre. Fue alumno del Colegio Ángela Segovia de Serrano, en donde le gustaba salir al patio a jugar y correr, así como los dulces que durante la formación en valores solían ofrecerles como premios a su buena conducta. Su contacto con los seminaristas salesianos, quienes les impartían la clase “formación en valores” en el instituto y con otros buenos religiosos, como lo fue su promotor vocacional, el Hermano Coadjutor y misionero español Juan José López Linares, SDB -a quien afectuosamente llamaban todos ‘Juanjo’- , le fueron indicando el camino a seguir.
Emitió su primera profesión el 16 de Agosto de 2002, siendo admitido como religioso en la Congregación Salesiana, ya próximo a cumplir 20 años de edad. El 16 de agosto de 2009, profesó los votos perpetuos como salesiano de Don Bosco.
Fue ordenado sacerdote el 26 de junio de 2011, por imposición de manos del S.E.R. Mons. Héctor Guerrero Córdova, SDB – cuando era obispo de la Prelatura Mixe-, en la Parroquia Santuario Nacional de María Auxiliadora. Su promotor vocacional viajó desde España, con permiso especial de sus superiores -pues padecía de cáncer-, para estar presente en la ordenación del joven Hugo, fue el padrino de imposición de estola y casulla (Dios llamó a Juanjo al cielo en 2013, en Madrid, tenía 69 años de edad).
El Padre Herrera ha desempeñado diversos servicios en la Inspectoría de Nuestra Señora de Guadalupe: asistente, educador en las misiones (Oaxaca Mata Gallinas), responsable de la Animación Vocacional, formador (Prenoviciado), en zonas urbanas ha fungido como docente y/o ecónomo (Instituto Juan Ponce de León), así en muchos otros cargos, siempre empeñado en dar lo mejor de sí.
En la Inspectoría siempre se ha destacando por su gran alegría, cercanía, espíritu de generosidad, servicio y sacrificio, sencillez, calidez y sinceridad. Le tiene en grande aprecio muchas personas que le han conocido a lo largo de su vida como salesiano de Don Bosco, por ejemplo las familias que asisten al Oratorio Miguel Rúa le recuerdan por su gran amabilidad, el buen trato y su ‘don de gentes’ como pastor y confesor.
Exigente en el cuanto el cumplimiento del deber, pero con la cercanía fraterna de quien sigue a Don Bosco, no duda en dar todo a quien lo necesita, pero sin perder de vista la misión a la que ha sido llamado y las prioridades en cada contexto, situación y momento.
Ha participado en muchas de las iniciativas de Pastoral Juvenil, como confesor, predicador, animador de cursillos, consejero, etc. los jóvenes siempre le distinguían por su gran colección de sombrero, gorras, gorro, muy peculiares por lo ocurrente de su diseño, quien le veía siempre esbozaba una sonrisa...
En resumen se trata de un salesiano muy versátil y comprometido, dispuesto a ir a donde Dios le mande y donde los jóvenes estén preparados a dar todo por Jesús. También es mariano al 100% -algunas de sus cualidades aquí mencionadas sin lugar a dudas él las negará del todo– como buen y auténtico salesiano hoy emprenderá otra aventura y responsabilidad con los jóvenes.