En el 20 de octubre de 2024, a las 10: 30 hrs. –tiempo de Roma-, XXIX Domingo Del Tiempo Ordinario, 98ª. Jornada Mundial de las Misiones, el Papa Francisco presidio en Plaza de San Pedro la Santa Misa con el rito de canonización de los beatos:
- Manuel Ruiz López y 7 compañeros mártires de Damasco, Francisco Mooti, y Rafael Massabki
- Giuseppe Allamano (José Allamano): cabe mencionar que él nació el 21 de enero de 1851 en Castelnuovo d'Asti hijo de uma humilde y devota familia campesina. José y Juan Bosco fueron bautizados en la misma pila bautismal, él era sobrino de San José Cafasso, quien fue formador de Don Bosco. Allamano en otoño de 1862 ingresó al Oratorio salesiano de Valdocco con el fin estudiar el curso secundario, ahí permaneció durante 4 años formándose y colaborando con Don Bosco, con quien se confesaba; mas en 1866 ingresó al seminario diocesano donde continuó sus estudios hasta doctorarse, más adelante será fundador de los Misioneros y la Misioneras de la Consolata, fue beatificado por San Juan Pablo II el el 7 de octubre de 1990.
- Marie-Léonie Paradis y;
- Elena Guerra
(Fuentes: Vaticano, Vatican Media, OPSS, Vatican News y Dicasterio para la Comunicación).
Ahora la Iglesia tiene 14 seguidores de Jesús más, inscriptos en el libro de los santos. En su homilía durante el Domund 2024, el Papa Francisco subrayó que “El servicio es el estilo de vida cristiano. “ y ha afirmado: “Al servir, continuamos la obra de Jesús en el mundo”. A continuación la homilía de Santo Padre:
Homilía del Santo Padre Francisco
“A Santiago y Juan, Jesús les pregunta:’ ¿Qué quieren que haga por ustedes?’ (Mc 10,36). E inmediatamente después los apremia: ‘¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?’ (Mc 10,38). Jesús hace preguntas y, precisamente así, nos ayuda a discernir, porque las preguntas nos hacen descubrir lo que hay dentro de nosotros, iluminan lo que llevamos en el corazón y que a veces no sabemos.
Dejémonos interpelar por la Palabra del Señor. Imaginemos que nos pregunta a cada uno de nosotros: ‘¿Qué quieres que haga por ti?’ y la segunda pregunta ‘¿Puedes beber de mi mismo cáliz?’.
El Papa: “Al servir, continuamos la obra de Jesús en el mundo”
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A través de estas preguntas, Jesús pone de manifiesto el vínculo y las expectativas que los discípulos tienen sobre él, con las luces y sombras propias de cualquier relación. De hecho, Santiago y Juan, están unidos a Jesús, pero tienen pretensiones. Ellos expresan el deseo de estar cerca de Él, pero sólo para ocupar un lugar de honor, para desempeñar un papel importante, para que les conceda sentarse uno a su derecha y el otro a su izquierda, cuando esté en su gloria (Cfr. Mc 10,37). Evidentemente, piensan en Jesús como Mesías, como un Mesías victorioso y glorioso, y esperan que Él comparta su gloria con ellos. Ven en Jesús al Mesías, pero se lo imaginan según la lógica del poder.
Jesús no se detiene en las palabras de los discípulos, sino que profundiza, escucha y lee el corazónde cada uno de ellos y también de cada uno de nosotros. Y en el diálogo, a través de dos preguntas, intenta sacar a la luz el deseo que hay dentro de esas peticiones.
Primero los interpela: ‘¿Qué quieren que haga por ustedes?’; y esta pregunta desvela los pensamientos de sus corazones, pone de manifiesto las expectativas ocultas y los sueños de gloria que los discípulos cultivan en secreto. Es como si Jesús preguntara: ‘¿Quién quieres que sea yo para ti?’ y, así, desenmascara lo que realmente desean: un Mesías poderoso, un Mesías victorioso que les dé un puesto de honor. Y a veces en la Iglesia viene este pensamiento: el honor, el poder.
Luego, con la segunda pregunta, Jesús rechaza esta imagen del Mesías y de este modo los ayuda a cambiar su forma de ver, es decir, a convertirse: ‘¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?’. Con ello, les revela que Él no es el Mesías que ellos piensan; es el Dios del amor, que se abaja para alcanzar a los humildes; que se hace débil para levantar a los débiles; que trabaja por la paz y no por la guerra; que vino para servir y no para ser servido. El cáliz que el Señor beberá es la ofrenda de su vida, es su vida entregada a nosotros por amor, hasta la muerte y una muerte de cruz.
Santa Misa con Canonización y oración del Ángelus
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Y así, a su derecha y a su izquierda habrá dos ladrones, crucificados como Él en la cruz y no acomodados en los tronos de poder; dos ladrones clavados con Cristo en el dolor y no sentados en la gloria. El rey crucificado, el justo condenado se hace esclavo de todos: ¡este es verdaderamente el Hijo de Dios! (Cfr. Mc 15,39). El vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor. Repetimos: el vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor. Nos lo recuerda también la Carta a los Hebreos: ‘no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros’ (4,15).
En este momento, Jesús puede ayudar a los discípulos a convertirse, a cambiar de mentalidad: ‘Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad’ (Mc 10,42). Pero no tiene por qué ser así para quienes siguen a un Dios que se hizo siervo para alcanzar a todos con su amor. Los que siguen a Cristo, si quieren ser grandes, deben servir, aprendiendo de Él.
Hermanos y hermanas, Jesús revela los pensamientos, revela los deseos y proyecciones de nuestro corazón, a veces desenmascarando nuestras expectativas de gloria, de dominio, de poder y de vanidad. Él nos ayuda a pensar ya no según los criterios del mundo, sino conforme al estilo de Dios, que se hace el último para que los últimos sean enaltecidos y lleguen a ser los primeros. Y estas preguntas de Jesús, con su enseñanza sobre el servicio, a menudo son incomprensibles para nosotros, como lo eran para los discípulos. Pero siguiéndolo a Él, caminando tras sus huellas y acogiendo el don de su amor que transforma nuestra manera de pensar, también nosotros podemos aprender el estilo de Dios: el servicio. No olvidemos las tres palabras que hacen ver el estilo de Dios para servir: cercanía, compasión y ternura. Dios se hace cercano para servir; se hace compasivo para servir; se hace tierno para servir. Cercanía, compasión y ternura.
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Esto es lo que debemos anhelar: no el poder, sino el servicio. El servicio es el estilo de vida cristiano. No se trata de una lista de cosas por hacer, como si, una vez hechas, pudiéramos considerar que nuestro turno terminó; quien sirve con amor no dice: ‘ahora le tocará a otro’. Este es un modo de pensar como empleados, no como testigos. El servicio nace del amor y el amor no conoce fronteras, no hace cálculos, se consume y se da. El amor no se limita a producir para obtener resultados, no es una asistencia ocasional, sino algo que nace del corazón, de un corazón renovado por el amor y en el amor.
Cuando aprendemos a servir, cada gesto de atención y cuidado, cada expresión de ternura, cada obra de misericordia, se convierten en un reflejo del amor de Dios. Y así todos nosotros -cada uno de nosotros- continuamos la obra de Jesús en el mundo.
Bajo esta luz podemos recordar a los discípulos del Evangelio que hoy son canonizados. A lo largo de la agitada historia de la humanidad, ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes -fervientes- de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra. Estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final.
Pidamos con confianza su intercesión, para que también nosotros podamos seguir a Cristo, imitarlo en el servicio y convertirnos en testigos de esperanza para el mundo.”
Puede descargar el librito de la celebración en el siguiente enlace: