“Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes”

A pesar de no poder participar personalmente en la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático, el Papa Francisco se ha expresado en esta importante cumbre a través de su emisario, el Cardenal Pietro Parolin Secretario de Estado Vaticano. A continuación las líneas del mensaje del Santo Padre, en el destacó la importancia de cuidado de la Casa Común, la responsabilidad de los estados parte, la desconfianza que reina entre las naciones, como la globalización en un mundo interconectado no necesariamente nos hace más hermanos (Fuentes: OPSS, Vatican Media y Vatican News).

Entre sus propuestas presentó nuevamente -como lo ha hecho al promover el año Jubilar 2025- que los países ricos perdonen a los pobres su deuda, considerando la imposibilidad de estos de pagar y la ‘deuda medio ambiental’ que las naciones ricas han adquirido con los pueblos que se han visto afectados por la industria de los países más ricos.

Y explicó “Cuando se habla de financiación climática es importante recordar que la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda que hipotecan el futuro”

Mensaje del Santo Padre Francisco, pronunciado por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Vaticano, durante la Conferencia de los Estados Partes de las Naciones Unidas, en el marco de la Convención sobre El Cambio Climático (COP29)

(Baku, Azerbaiyán, 11-22 de noviembre de 2024)

“ Señor Presidente,

Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno,

Señoras y Señores,

En nombre del Papa Francisco, les dirijo un cordial saludo a todos y les aseguro su cercanía, su apoyo y su aliento para que la COP29 consiga demostrar que existe una comunidad internacional dispuesta a mirar más allá de los particularismos y ponga al centro el bien de la humanidad y de nuestra casa común, que Dios ha confiado a nuestro cuidado y responsabilidad.

Los datos científicos que tenemos no consienten demoras ulteriores y muestran claramente que la preservación de la creación es una de las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo. Debemos también reconocer que está estrechamente relacionada a la preservación de la paz.

La COP29 se desarrolla en un contexto condicionado por una creciente desilusión hacia las instituciones multilaterales y crecientes tendencias a construir muros. El egoísmo -individual, nacional y de grupos de poder- alimenta un clima de desconfianza y división que no responde a las necesidades de un mundo interdependiente en el cual deberíamos actuar y vivir como miembros de una única familia que habita la misma aldea global interconectada (Cfr. Papa Francisco, Audiencia general, 2 de septiembre de 2020).

'La sociedad cada vez más globalizada nos acerca, pero no nos hace hermanos' (Benedicto XVI, Carta encíclica Caritas in veritate, 29 de junio de 2009, n. 19). El desarrollo económico no ha reducido las desigualdades. Al contrario, ha favorecido la priorización del beneficio y de los intereses particulares en detrimento de la protección de los más débiles y ha contribuido al progresivo recrudecimiento de los problemas medioambientales.

A fin de invertir esta tendencia y crear una cultura de respeto por la vida y la dignidad de la persona humana, es necesario comprender que las consecuencias dañinas de los estilos de vida afectan a todos y modelan juntos el futuro para "garantizar que soluciones se propongan partiendo de una perspectiva global y no sólo en defensa de los intereses de algunos países' (Papa Francisco, Carta encíclica Laudato si', 24 de mayo de 2015, 164).

Que el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas y respectivas capacidades " (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, art. 3.1 arte. 4.1; Acuerdo de París, art. 2.2) guíe e inspire el trabajo de estas semanas. Dejando que las responsabilidades históricas y presentes se conviertan en compromisos concretos y con visión de futuro para el futuro, para que de estas semanas de trabajo pueda surgir un nuevo objetivo colectivo cuantificado de financiación climática, que es de aquellos -asuntos- más apremiantes de esta Conferencia.

Se deben hacer esfuerzos para encontrar soluciones que no minen aún más el desarrollo y la capacidad de adaptación de muchos países que ya cargan con una deuda económica abrumadora. Aj discutir de financiación climática es importante recordar que la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda que hipotecan el futuro.

Desde esta óptica, deseo reiterar el llamamiento hecho por el Papa Francisco con vistas al Jubileo ordinario del año 2025, dirigiéndose a las naciones más ricas "porque reconocer la gravedad de muchas decisiones tomadas y decidir perdonar las deudas de los países que nunca podrían pagarles. Antes que una cuestión de magnanimidad, es una cuestión de justicia, agravada hoy por una nueva forma de inequidad de la que hemos tomado conciencia:

 Existe, de hecho, un verdadero 'adeudo ecológico', principalmente entre el Norte y el Sur, conectado a desequilibrios comerciales con consecuencias en el ámbito ecológico, así como al uso desproporcionado de los recursos naturales que históricamente han hecho algunos países'' (Papa Francisco, Spes non confundit, 9 de mayo de 2024, n. 16, citando la encíclica Laudato si', 24 de mayo de 2015, n. 51).

De hecho, es esencial buscar una nueva arquitectura financiera internacional centrada en la persona (Cfr. San Pablo VI, Carta encíclica Populorum Progressio, 26 de marzo de 1967, n. 14), audaz, creativa y basada en los principios de equidad, justicia y solidaridad. Una nueva arquitectura financiera internacional que pueda realmente garantizar que todos los países, especialmente los más pobres y los más vulnerables a los desastres climáticos, tengan caminos de desarrollo con bajas emisiones de carbono y un alto nivel de participación, que permitan a todos alcanzar su máximo potencial y que se respete su dignidad.

Tenemos los recursos humanos y tecnológicos para invertir la ruta y perseguir el círculo virtuoso de un desarrollo integral que sea en verdad humano e inclusivo (Cfr. Ibídem). Trabajemos juntos para garantizar que la COP29 también fortalezca la voluntad política para canalizar tales recursos hacia este noble objetivo para el bien común de la humanidad hoy y mañana. Debemos redescubrir nuestra esperanza en la capacidad de la humanidad, en el hecho ‘ que siempre podemos cambiar la ruta, siempre podemos hacer algo para resolver los problemas" (Papa Francisco, Carta encíclica Laudato si', 24 de mayo de 2015, n. 61). Debemos esperar ‘que la humanidad de inicios del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades’ (Ibidem, n. 165).

Reitero el empeño y el apoyo de la Santa Sede en este esfuerzo, especialmente en el campo de la educación en ecología integral y en la sensibilización en la cuestión ambiental como ‘un problema humano y social en un sentido amplio y en varios niveles’ (Papa Francisco, Exhortación apostólica Laudate Deum, 4 de octubre de 2023, n. 58), que exige ante todo un compromiso claro, donde la responsabilidad, la adquisición de conocimientos y la participación de cada persona son fundamentales. No podemos 'andar por la calle mirando para otro lado' (Cfr. Papa Francisco, Carta encíclica Fratelli tutti, 3 de octubre de 2020, n. 75). La indiferencia es cómplice de la injusticia. Por eso pido que, teniendo en mente el bien común, podamos desenmascarar los mecanismos de autojustificación que tantas veces nos paralizan: ¿qué puedo hacer? ¿Cómo puedo contribuir? Hoy no hay tiempo para la indiferencia.

No podemos lavarnos las manos y permanecer distantes, despreocupados, desinteresados. Éste es el verdadero desafío de nuestro siglo. Para un acuerdo ambicioso, para cada iniciativa y proceso dirigido a un desarrollo verdaderamente inclusivo, les aseguro mi apoyo y el del Santo Padre, a fin de rendir un servicio eficaz a la humanidad, de modo que todos podamos asumir la responsabilidad de salvaguardar no sólo nuestro futuro, sino también el de todos. Gracias.

(Op. Cit. L'Osservatore Romano, Edición diaria, Año CLXIV n. 257, miércoles 13 de noviembre de 2024, pág. 4).”