De acuerdo al santoral hoy 31 de enero celebramos la fiesta dedicada a San Juan Bosco, Fundador de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (18 de diciembre de 1859) -mejor conocida como Congregación de los Salesianos de Don Bosco-; del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (5 de agosto de 1872) -junto con Santa María Dominga Mazzarello-; de la Asociación (Pía Unión) de Salesianos Cooperadores (9 de mayo de 1876), la Asociación de Devotos de María Auxiliadora -se afirma que fue creada por Don Bosco un 18 de abril de 1869, si bien fue aprobada el 5 de julio de 1989-, de la confederación de exalumnos de Don Bosco –se ubica su nacimiento el 24 de junio de 1870, se atribuye su fundación al señor Carlo Giovanni Antonio Gastini (833-1902), uno de los antiguos alumnos del Oratorio de San Francisco de Sales y a otros compañeros, quienes visitaron a Don Bosco con motivo de un agradecimiento por su dedicación a su formación como cristianos, trabajadores y ciudadanos-.

El santo fundador fue beatificado el 2 de junio de 1929 por S.S. Pío XI, quien lo canonizó el 1º de abril de 1934; el mismo Pontífice en 1935, a petición de los obispos de México lo declaró ‘Specialis protector puerorum et iuvenum Mexicanae Reipublicae’-Especial protector de la niñez y la juventud de la República Mexicana-. Además, el 24 de mayo de 1989 fue declarado "Padre y Maestro de la juventud" por San Juan Pablo II. S. S. el Papa Francisco durante su visita pastoral a Turín en 2015 en la Basílica de María Auxiliadora, afirmó que el padre Juan Bosco era un maestro "sostenido por una confianza inquebrantable en Dios"; un padre al servicio de los jóvenes, "empezando por los más frágiles y abandonados", que propuso "un estilo educativo hecho de razón, religión y bondad amorosa" lo que resume su ‘Sistema preventivo’.

En torno a su acción a favor de la salvación de los jóvenes, su educación y atención social se han creado buena prensa católica libros, revistas, música, cine, televisión, video, multimedia, redes virtuales, sitios y portales de Internet, radio; también se ha edificado un sin fon de obras como parroquias, iglesias –desde capillas hasta basílicas-, oratorios, internados, casas de acogida, casa para migrantes, talleres de formación para el trabajo y el emprendimiento juvenil, colegios, centros de formación científica y profesional, universidades etc. se han creado programas internacionales de atención y servicio a población vulnerable en los más diversos rubros, y entornos incluso en zonas en guerra y/o afectadas por serios conflictos armados (Ucrania, Yemen, Siria, por mencionar algunos), donde sus hijos dan testimonio de su vocación como pastores de Cristo.

Es inmensa su influencia en la religión, la formación, educación formal e informal, cívica y ética así como en el campo de la moral, es indudable su acción en las historia y realidad de cuantas naciones han tocado los miembros de la Familia Salesiana que esta integrada por 32 grupos, ramas, institutos de vida religiosa, de vida activa y secular y /o asociaciones de seglares que trabajan en muy diversos campos como la educación, comunicación, la pastoral, el trabajo social y misionero, la atención a grupos vulnerables, la atención médica y de cuidados sanitarios, solo por mencionar algunos.

Según cifras proporcionadas por el mismo Rector Mayor y décimo sucesor de Don Bosco, hoy Cardenal  Ángel Fernández Artime, en  hay en el mundo 14, 476 Salesianos, con presencia en los 5 continentes y cerca de 134 países,  7 Regiones, con 90 Inspectorías que, juntas, comprenden obras de formación, oratorios, escuelas, pensiones, centros vocacionales, parroquias, obras sociales, comunicación social, servicios inspectoriales. con un número cercano a los  500 novicios por  año, se trata de  una Congregación Sana y de acuerdo con la Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana con miembros de diversas ramas y grupos inspirados en el carisma de su fundador que muestran una gran comunión y madurez.

Además en sentido de la santidad germinada de la espiritualidad salesiana se tiene un dossier que reúne 173 casos de personas de quienes se ha reconocido sus virtudes heroicas en el seguimiento de Jesús, entre ellas 10 santos, 118 beatos, 17 declaradas venerables, 29 siervos y siervas de Dios, además hoy se tienen cerca de 55 causas con seguimiento continuo, encaminadas a la postulación, de acuerdo al padre Pierluigi Cameroni sdb, Postulador  General de la Congregación para la Causa de los Santos.

Breve reseña biográfica:

Juan Melchor Bosco Occhiena nació un miércoles 16 de agosto de 1815, en el caserío de I Becchi ubicado en Morialdo, en el Piamonte, le bautizaron al día siguiente de su nacimiento en la Parroquia de su ciudad natal Castelnuovo d’Asti, Sus padres eran unos granjeros humildes, devotos y trabajadores, era el matrimonio formado por Francisco Luis Bosco y Margarita Occhienan quienes habían contraído nupcias el 6 de Junio de 1812.

Francisco había enviudado a los 27 años de edad, tras la muerte de su primera esposa Margarita Cagliero el 28 de febrero de 1811, con quien había procreado a Antonio José, nacido el 2 de febrero de 1808 -contaba con tres años al morir su madre-, y a Teresa María -quien nació el 16 de febrero de 1810, la pequeña niña falleció tan sólo dos días después-.

El padre de Juan trabajaba en con su hermano mayor Pablo en una granja propiedad de la Familia Biglione; los Bosco no eran propietarios sino aparceros que labraban y ganaban sólo la mitad de lo que producían. Infortunadamente Francisco Bosco falleció el 11 de Mayo de 1817, a la edad de 33 años, tras haber contraído neumonía mientras trabajaba en una bodega muy fría. Juan recordaba el día de la muerte de su padre, misma que no alcanzaba a comprender dada su tierna edad de dos años, en esa lamentable ocasión su madre estaba acongojada por su perdida, ella al velar a su marido pidió al pequeño Juanito que la siguiera a otra habitación, pero el niño insistía en permanecer con el cuerpo de su progenitor, así que Margarita de dijo ‘Pobre hijo, ven conmigo, tú ya no tienes padre’.

Tras decir aquello ella rompió en llanto, le tomó de la mano a Juanito y lo llevó a otra parte, mientras Juan lloraba al verla llorar, sin alcanzar realmente a dimensionar lo grave de la situación. Margarita tendría que cuidar de tres varones: José Luis (nacido el 17 de Abril de 1813), Juan Melchor y su hermanastro Antonio José.

Tras la muerte del padre se mudaron a una casa rústica donde pasaron años duros y de carencias de acuerdo a la realidad de su contexto y momento histórico, donde incluso se vivió la hambruna. Margarita dotada de gran intuición humana y cristiana formó diligentemente a sus hijos, fue Juan quizás el más receptivo.

Dada la pobreza y los conflictos con Antonio que hostigaba a Juan debido a sus inclinaciones vocacionales y deseos de estudio, su madre con dolor en su corazón optó por enviarle como mozo a la casa de los Moglia, de febrero de 1828 a noviembre de 1829. En ese lapso de tiempo Juan conoció al sacerdote Juan Melchor Calosso (1760-1830), quien fue su primer mentor y posiblemente la primera figura que el adolescente percibió como un ‘padre’.

El Padre Caloso le ayudó con los recursos para realizar los estudios elementales en Castelnuovo y los de humanidades en el colegio de Chieri. Juan había asumido que había recibido de Dios una vocación singular y percibía la mano de la providencia de Dios para cumplir su misión, así como la intervención materna de la Virgen María. A pesar de la muerte de Calosso –quien le procuró un pequeño legado- Juan prosiguió empeñado en su formación.

Lo anterior se desprendía del sueño profético que tuvo a los 9 años de edad donde un caballero de noble semblante, a quien más tarde identificaría con Jesús, le indicó el campo de trabajo y la misión que tenía que cumplir entre los jóvenes: trasformar a los lobos en corderos, no con golpes sino con la mansedumbre y la caridad bajo la tutela y guía de la Madre de Dios María Santísima. De ahí asumiría su llamado educativo y pastoral.

Poco a poco hizo suya aquella tarea y labor apostólica, primero entre sus compañeros de escuela en Chieri, con quienes creó la Sociedad de la Alegría. Desde pequeño consideraba que debía seguir y conformar su persona a la de Cristo Buen Pastor, y su esperanza la identificó en el servicio haciendo suyo poco a poco, el ideal del ministerio sacerdotal con un estilo y propio: ser signo del Buen Pastor para los jóvenes y para las gentes sencilla del pueblo.

En 1835, ingresó al seminario diocesano de Chieri, fueron años de trabajo espiritual, el ambiente disciplinado y la enseñanza teológica moral rigorista, discrepaba de su temperamento tendiente a la libertad y a la iniciativa dirigida hacia la acción. Sin embargo Juan asimiló los valores, austeridad y la tradición formativa propuesta a aquellos clérigos: estudio intenso, espíritu de sincera piedad, retiro, obediencia, disciplina interior y exterior.

 

Será el padre san José Cafasso, paisano de Castelnuovo –a quien conoció cuando éste era seminarista-, quien colaboraba con el teólogo Luis Guala en Turín, quien orientará sin duda a Juan a la madurez pastoral.

El perfeccionamiento del clero en la praxis pastoral era la meta de la 'Residencia Eclesiástica de San Francisco de Asís' o 'Convitto Ecclesiastico', Don Bosco le describe como "el lugar donde uno aprende a ser sacerdote". Ahí el padre Cafasso será para el clérigo Juan su docente de teología moral, de pastoral práctica, así como confesor, director espiritual y consejero.

El 5 de junio de 1841, en Turín, el Arzobispo Mons. Luis Franzoni, ordenó presbítero a Don Bosco, a quien se le confió la labor de auxiliar al párroco durante el verano y el otoño, en I Becchi y Castelnuovo. El novel sacerdote regresó a Turín en noviembre, para cursar el trienio de perfeccionamiento teórico y práctico en la Residencia eclesiástica.

Así recibió la cualificación pastoral teórica y práctica, además consolidó aspectos de su vida interior, rasgos de la espiritualidad sacerdotal propuesta por San José Cafasso: al centro el servicio divino, vivificado por el amor al Señor y el anhelo de conformarse a la voluntad divina, entera disponibilidad, servicio con prontitud, exactitud y generosidad. Además del implicar el espíritu de oración, la dulzura y caridad pastoral, la pobreza, el desprendimiento y la mortificación, con humildad y trabajo intenso.

Su formación moral conllevaba:

- La entrega de sí mismo en el cuidado pastoral del prójimo.

- El celo incansable por acoger, acercarse, animar, exhortar, instruir y animar a las personas de cualquier edad y condición.

- En especial a los humildes, los pequeños, los pobres y los pecadores.

- Espíritu misionero.

- Entrega sin pausa a la predicación, a la catequesis, al sacramento de la penitencia.

- Devoción a María.

- Sentido de pertenencia eclesial y devoción al Papa y a los pastores de la Iglesia.

El padre Juan Melchor además se dedicó:

A la instrucción catequística de los muchachos, acompañó al padre Cafasso en la asistencia espiritual de los jóvenes recluidos en las cárceles de la ciudad.

Bosco se vio involucrado en los intensos y complejos cambios políticos, sociales y culturales de su vida:

- Movimientos revolucionarios.

- Guerra y éxodo de los pueblos a las ciudades.

- Factores que afectaban las condiciones de vida de la gente, especialmente las clases más pobres.

- En los márgenes de las ciudades, los pobres en general y los jóvenes en particular pasaban a ser víctimas y objeto de explotación y/o desocupación, aquellos chicos vivían sin acompañamiento y no se procura su crecimiento humano, moral, religioso ni profesional. Ante los cambios se mostraban inseguros y desorientados, propensos a delinquir y por tanto a ser castigados por el sistema de justicia, incluso bajo penas exageradamente duras.

Octubre de 1841: Don Bosco es contratado como capellán de la Obra del Refugio y del Hospitalito de Santa Filomena: dos institutos femeninos fundados por Julia Colbert, marquesa de Barolo, ambos al noroeste de la ciudad.

El 8 de diciembre de 1841, Don Bosco después de un encuentro con el joven Bartolomé Garelli en la sacristía de San Francisco de Asís, tras consolarle por los palos recibidos por un clérigo y rezar un Ave María con él, comienza la labor pedagógica y educativa de los Salesianos, con aquel chico de 16 años huérfano, abandonado y analfabeto que sólo sabía silbar, Bosco inició su primera catequesis, así nació –afirmaba Don Bosco- la 'Obra de los Oratorios', comenzó de forma concreta humilde y 'sencilla'. Ésta se expandió progresivamente hasta responder a ciertas exigencias: albergue para acoger a los disgregados, talleres y escuelas para enseñarles artes y oficios y un trabajo que hiciera a los chicos capaces de ganarse honestamente la vida, la escuela de humanidades por su parte estaba abierta al ideal vocacional, la buena prensa, las iniciativas y los métodos recreativos propios de la época (teatro, banda, canto, excursiones otoñales), para favorecer un crecimiento sano en los muchachos.

Don Bosco acogió con ayuda de su Madre Margarita a muchos jóvenes en la Residencia: obreros, aprendices, estudiantes y emigrados. En el Refugio les entretenía, interviniendo en sus recreos con el fin de conseguir su participación en los momentos de instrucción religiosa y de culto, en ocasiones se apoyó de chicos como Garelli para convocar o reunir a los jóvenes. A sus reuniones las denominaba como 'catecismo' y fueron transformándose hasta culminar en el, 'Oratorio de San Francisco de Sales'.

El padre Juan Bosco asumió diversos cambios en su obra, que fueron inspirados especialmente en el Oratorio de san Felipe Neri y de san Carlos Borromeo. Además Bosco eligió a san Francisco de Sales, como santo patrono para sus iniciativas, debido a su celo pastoral, bondad y amabilidad en el trato.

El Oratorio fue itinerante entre 1845 y 1846, se mantuvo en la zona de los prados de Valdocco. En la primavera de 1846 Don Bosco lo instituyó definitivamente en Valdocco en la casa Pinardi e incluyó una capilla en su proyecto, más tarde adquirirá todo el edificio y el terreno adyacente. Ese Oratorio se inspiró en el del Ángel Custodio, abierto en 1840 por padre Cocchi en los límites del barrio de Vanchiglia

El buen sacerdote hizo suyo el lema: 'Da mihi animas caetera tolle' - '¡Oh Señor, dame almas y llévate todo lo demás!'- mismo que reprodujo en un cartel que fijó en un lugar visible de su habitación de por vida.

1847: tras el éxito de los dos primeros oratorios, el padre Bosco abrió otro, dedicado a San Luis, en la Porta Nuova.

1948: fue un período de crisis incluso para los oratorios, si bien el padre Cocchi compartió el entusiasmo patriótico de sus jóvenes; Don Bosco fue más cauto y se mantuvo atento a la oposición prestada a esto por el arzobispo Franzoni.

1850: Resurgió la obra gracias a la tenacidad de los colaboradores eclesiásticos y laicos como el teólogo G. B. Borel y los primos Roberto y Leonardo Murialdo.

1852: Tras el exilio de Franzoni en Lyon, Don Bosco fue nombrado en 'director jefe espiritual' de los oratorios masculinos de Valdocco, Puerta Nueva y Vanchiglia.

Entre 1851 y 1852 gracias al apoyo popular y el oficial de las autoridades civiles, y debido a la atención prestada a los chicos desamparados y el incremento de la afluencia juvenil en los oratorios, fue posible la sustitución del cobertizo de Valdocco por una iglesia amplia dedicada a san Francisco de Sales, parte de los recursos fueron destinados a la adquisición de nuevos terrenos, y en la construcción de la 'Casa anexa al Oratorio', con el fin de acoger e instruir a jóvenes estudiantes y a aprendices de algunos oficios más prometedores:

- 1853: zapateros y sastres.

- 1854: encuadernadores.

- 1856: carpinteros.

- 1862: tipógrafos y herreros.

Tras la pandemia de cólera de 1854, la población juvenil acogida en las escuelas-residencia de Valdocco superó rápidamente el centenar en 1868: La cifra de chicos acogidos por Don Bosco llegó a 800 oratorianos, dicho año don Bosco tuvo la iniciativa y se empeñó en construir y consagrar en el solar el Oratorio de Valdocco, una gran iglesia, dedicada a María Auxiliadora (Auxilium Christianorum) destinada a la atención de los jóvenes, y a atender las necesidades espirituales de la zona.

1869: el padre Juan instituye la Asociación de devotos de María Auxiliadora, para la defensa de la fe entre el pueblo cristiano.

Ya desde 1853 el santo sacerdote promueve diversas iniciativas para incrementar las ayudas financieras: organizó loterías de beneficencia, así como recaudo recursos que uso para expandir y mejorar los edificios de los oratorios y acoger, gratuitamente con ciertas reglas, a jóvenes artesanos y estudiantes de las clases de segunda enseñanza.

Anunciaba y promocionaba sus obras u oratorios subrayando a la gente que en ellos se formaba 'honrados ciudadanos y buenos cristianos'.

No dudo en solicitar ayudas y subsidios a las autoridades políticas y administrativas destacando que sus obras tenían el objetivo de prevenir la delincuencia entre menores, alejando de la calle a jóvenes quienes de otro modo irían a parar a prisión.

1877: en Turín el padre Bosco promovió su misión de formar ciudadanos útiles a la sociedad lo que plasmó en su obra: El Sistema Preventivo en la educación de la juventud.

Su opción educativa pastoral fundamental la sintetizo en su frase 'Basta que sean jóvenes para amaros' y afirmaba 'He prometido a Dios que hasta mi último aliento, habría de ser para mis pobres jóvenes'.

Don Bosco realizó una actividad titánica, desde la predicación, la producción de escritos, la creación las instituciones, los viajes, los encuentros con personalidades civiles y religiosas; todos captaban su dedicación paterna y testimonio que reflejaba en su celo pastoral, fundamentado en la fe y amor a Dios.

Escribió diversas obras de orientación y formación para los jóvenes que fueron reeditadas en diversas ediciones y reimpresiones:

- 1845: Historia eclesiástica para uso de las escuelas.

- 1847: Historia sagrada para uso de las escuelas.

- 1847: El joven cristiano.

- 1849: El sistema métrico decimal, reducido a simplicidad.

Hacia marzo de 1863, inició la publicación de las Lecturas católicas, colección de fascículos monográficos periódicos, de pequeño formato, con un centenar de páginas con el apoyo del obispo de Ivrea L. Moreno, su estilo era sencillo y su lectura estaba al alcance de adolescentes y jóvenes artesanos, obrerillos y del sector agrícola. A través de estas publicaciones difundió varios de sus escritos apologéticos y catequísticos, devocionales y hagiográficos, difundió positivamente la imagen de la Iglesia católica, del Papado y de la obra Oratoriana.

1859: La ley Casati impuso la obligación a los Ayuntamientos, de organizar la enseñanza escolar, ofreció a Don Bosco la ocasión de ampliar el campo de sus iniciativas. Después de la experiencia administrar y dirigir pequeños seminarios diocesanos bajo su responsabilidad:

- 1859: Giaveno en la diócesis de Turín,

- 1863: Mirabello Monferrato, en la diócesis de Casale (trasladado en 1870 a Borgo San Martino)

Don Bosco se aventuró al terreno de las escuelas públicas, se apuntó para gestionar y hacer responsable de diversos colegios municipales:

- 1864: Lanzo Torinese.

- 1869: Cherasco.

- 1870: Alassio.

- 1871: Varazze.

- 1875: Vallecrosia.

Estos institutos estuvieron generalmente anexos al Oratorio y bajo diversos títulos estaban reconocidos como obras de beneficencia o escuelas privadas por ejemplo Génova-Sampierdarena (1872).

Don Bosco, se adaptaba a las situaciones y circunstancias, era a la vez:

- Ministro del Señor

- Hijo de la Iglesia

- Apóstol de Cristo

- Anunciante del Evangelio, Padre de los pobres

- Predicador de los muchachos y a los jóvenes.

Audaz, emprendedor de gran iniciativa, ingenioso creador de soluciones con unidad espiritual y riqueza interior, asceta con gran sentido de la fe y la gracia, comprometido con el ministerio eclesial, armonizaba virtudes humanas y dones de Dios, se dijo de él que “Caminaba como si viera al invisible”.

Desde su sacerdocio y acción apostólica era hombre de acción y oración, sacramento en especial la Eucaristía –esta lo hacia infatigable-, él obedeció al Espíritu Santo motivado por la caridad.

Además cuando vivió y asumió el dolor del misterioso agotamiento lo hizo por el bien de la Iglesia y de la juventud.

1848: Tras la clausura del seminario metropolitano por orden de monseñor Franzoni, Don Bosco acogió a los clérigos diocesanos que, en la ciudad. Aquellos clérigos se hicieron asiduos en el acompañamiento de los chicos del Oratorio que se sintieron llamado a la vida religiosa o sacerdotal.

De Valdocco y de los otros colegios durante la vida de Don Bosco, egresaron 2, 500 sacerdotes para la diócesis de Liguria y del Piamonte, su ejemplo inspiró a muchos obispos a superar los problemas económicos y a abrir seminarios menores.

Muchos canónigos que llegaron a ser Rectores aprendieron de la pedagogía salesiana el uso de instrumentos didácticos y espirituales, útiles para la formación de jóvenes sacerdotes, incluida la amorevolezza o amabilidad y la paterna asistencia pastoral

1858: Para sus futuros “salesianos”, Bosco elaboró una fórmula: 'Ciudadanos ante el Estado; religiosos ante la Iglesia' consolidaba así el sentido de un instituto de vida religiosa. Viajó a Roma para reunirse en audiencia pontificia con S. S. Pío IX quien vio con buenos ojos sus iniciativas para erigir un grupo de jóvenes orientados a la vida consagrada

El 18 de diciembre de 1859, con otros dieciocho jóvenes, dio oficialmente origen a la Sociedad de San Francisco de Sales.

1860: la fama de santidad y pastoral permitieron a Don Bosco contar con un personal más estable y más en sintonía con los propios métodos educativos para los oratorios y las escuelas. Sus obras contaron con religiosos y laicos trabajando en sintonía con los mismos objetivos y bases carismáticas: la educación de la juventud, la más pobre y abandonada.

1864: Don Bosco alcanza en Roma el Decretum laudis para la Pía Sociedad de San Francisco de Sales y la iniciación de las prácticas para el correspondiente examen de las Reglas o Constituciones.

1869: Se otorga la aprobación pontificia definitiva a la Sociedad Salesiana

1874: Es apruebada las “Regulae seu constituciones”.

15 de agosto de 1872: con María Mazzarello, Don Bosco fundó el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, como opción femenina para atender a las niñas y jóvenes más pobre y necesitadas.

En los años sucesivos, con el apoyo de las instituciones públicas y privadas más diversas, el santo abrió oratorios, colegios, albergues, escuelas agrícolas, además de en Italia, en otras partes de Europa:

- 1875: Niza Marítima.

- 1878: La Navarre.

- 1878: Marsella.

- 1880: Saint-Cyr Francia.

- 1884: París, Francia.

- 1880: Utrera.

- 884: Barcelona-Sarriá, España (1884) en;

- 1887: Battersea, Inglaterra

- 1887: Lieja, Bélgica.

Además tras una a ola de emigración europea y como respuesta a la solicitud y necesidad social y política de instrucción y educación tanto educativa como en valores cristianos, se empeño en enviar a los Salesianos y a las Hijas de María Auxiliadora a varios países de América latina:

- 1875: Buenos Aires, Argentina.

- 1876: San Nicolás de los Arroy os, Argentina.

- 1879: Carmen de Patagones y Viedma, Argentina.

- 1876: Montevideo, Uruguay.

- 1883: Niteroi, Brasil.

- 1884: San Pablo, Brasil.

- 1885: Quito, Ecuador.

- 1887: Concepción y Punta Arenas, Chile.

- 1887: Malvinas Falkland.

1876 Don Bosco fundó la Unión de Cooperadores Salesianos. Inspirada en el principio 'vis unita fortior'. Tuvo como resultado una mayor implicación de la opinión pública y de los diversos estratos de la población. La red de los Cooperadores fue cultivada con conferencias a propósito y con la publicación mensual del Boletín Salesiano desde 1877. El Boletín, era enviado gratuitamente también a los no Cooperadores, lo que ayudó a aumentar simpatías y también a procurar financiación obras salesianas.

Aún a edad avanzada viajó de hacerse presente sen donde era necesario:

- 1883: París; Frohsdorf, Austria.

- 1884 y 1885: Marsella.

- 1886: Barcelona,

- 1887: viajó por última vez a Roma.

 

Falleció en Turín en el Oratorio de Valdocco el 31 de enero de 1888.

S.S. San Juan Pablo II escribió sobre él en su ‘Carta Apostólica Iuvenum Patris’ dirigida al entonces Rector Mayor padre Egidio Vigano y publicada el 31 de enero de 1988, con motivo del centenario de la Muerte de Don Bosco:

5. Tal espíritu de iniciativa es fruto de una interioridad profunda. Su talla de santo lo pone, con originalidad, entre los grandes fundadores de institutos religiosos en la Iglesia. Brilla por muchos aspectos: inicia una verdadera escuela de nueva y atrayente espiritualidad apostólica; promueve una devoción especial a María, Auxiliadora de los cristianos y Madre de la Iglesia: da testimonio de un leal y valiente sentido eclesial, demostrado en delicadas mediaciones en las entonces difíciles relaciones entre la Iglesia y el Estado; es apóstol realista y práctico, abierto a las aportaciones de los nuevos descubrimientos; es organizador celoso de misiones, con sensibilidad verdaderamente católica; es, de modo conspicuo, ejemplo de un amor de predilección a los jóvenes, en particular a los más necesitados, para bien de la Iglesia y de la sociedad; es maestro de una eficaz y genial praxis pedagógica, legada cual don preciado que hay que custodiar y desarrollar.

En esta Carta quiero considerar, sobre todo, que Don Bosco realiza su santidad personal en la educación, vivida con celo y corazón apostólico, y que simultáneamente sabe proponerla como meta concreta de su pedagogía. Precisamente tal intercambio entre educación y santidad es un aspecto característico de su figura: es educador santo, se inspira en un modelo santo —Francisco de Sales— es discípulo de un maestro espiritual santo -José Cafasso- y entre sus jóvenes sabe formar un alumno santo: Domingo Savio.

(…)9. Hombre de actividad multiforme e incansable, Don Bosco ofrece, con su vida, la enseñanza más eficaz, tanto que ya sus contemporáneos lo vieron como educador eminente.”

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